9/5/09

Star Trek (2009)

No es nuestra culpa que esperemos remakes como estos con cierto recelo y desconfianza. Aún estando detrás J.J. Abrams, el nuevo Midas que con series como Alias y Lost se ha asegurado la fidelidad de muchísima gente. Porque aunque sea un productor exitoso, su experiencia detrás de cámara no es de lo más prolifica. Apenas ha dirigido para el cine Misión Imposible III en el 2006. Las preguntas obligadas estallan entonces en nuestro cerebro. La nueva ST: ¿Sería fiel a la serie original? ¿Dejaría contento a los trekkies (o trekkers, para que los obsesivos no se enojen)? ¿O lo arruinaría todo como está de moda hacer en Hollywood desde hace ya demasiado tiempo? Fue así que, reconociendo mis limitaciones a la hora de responder los interrogantes anteriores, concurrí al cine acompañado de un experto y fanático confeso de la serie y sus secuelas, Rubén el comiquero, a la espera de su veredicto final. El cual fue: ampliamente satisfactorio.

Tras un espectacular comienzo que nos sumerge en el centro de una batalla estelar, la historia recrea brevemente la infancia de los dos protagonistas y los conflictos que forjaron sus personalidades: Spock siendo discriminado por tener una madre humana, y un James T. Kirk rebelde y temerario que reclama por una figura paterna inexistente.

Buscando nuevas fronteras, el Enterprise avanza

El resto del film se mete en los años finales de la academia y relata las desventuras que llevaron al grupo a consolidarse como equipo, y a Kirk a convertirse en el heroico capitán con peluquín que todos recordamos. La excusa es combatir a un romulano rebelde llamado Nerón que amenaza con destruir Vulcano. Historia simple pero efectiva, y que inteligentemente pone el ojo en las relaciones interpersonales más que en el conflicto armado.

Porque lo que uno quiere ver es cómo llegaron a ser amigos incondicionales, saciar la curiosidad acerca del "primer encuentro" entre ellos. Y hay sorpresas graciosas. Como la de un “huesos” McCoy pensando sobre Spock: “Este tipo me cae muy bien”. O un Kirk tratando de sacarle el teléfono (o lo que existiera en esa época) a una sensual Uhura.

Los nuevos se preguntan si la continuación, de haberla, será tan buena como ésta

No debatiré sobre el parecido físico con los actores originales, algo que ya ocupó miles de foros y blogs a favor y en contra. Sólo diré que Chris Pine como Kirk y Zachary Quinto como Spock están espectaculares, no se podría haber hecho mejor elección. El resto está correcto, siendo el menos parecido Anton Yelchin como Pavel Chekov, que reemplaza el peinado “lamida de gato” del personaje de los sesentas por unos diminutos rulitos pelirrojos. Lo importante aquí, y que por suerte convierte la discusión en una tontería inútil, es que absolutamente todos los actores han conseguido captar la escencia de los antiguos tripulantes. Hay tics, miradas y posturas logradas a la perfección, anque alguna sobreactuación totalmente perdonable.

La comparativa

También hay guiños para los fanáticos y en dosis abundantes, estratégicamente ubicados para que no molesten a los que recién se acercan al universo Trek. Se puede ver al primer capitán de la Enterprise y su inevitable destino sobre una silla de ruedas, el tipo vestido de rojo que siempre muere, la bailarina verde de uno de los episodios clásicos teniendo sexo con Kirk, presenciaremos por fin cómo el capitán pasó la famosa prueba del Kobayashi Maru, mencionada varias veces en Star Trek II La Ira de Khan (1982), oiremos algunos sonidos que despertarán viejos recuerdos, y mucho más que ustedes deberán descubrir por su cuenta.

El Enterprise según distintas películas de la saga (clic para ampliar)

Varias cosas parecen no estar en su lugar, esa es la sensación que los más conservadores detectarán a medida que avanza la película. El Enterprise, por ejemplo, luce ligeras modificaciones estructurales, y su interior es bastante diferente al visto por tv (se entiende la necesidad de actualizar la estética de la serie). Pero como Abrams no dejó ningún cabo suelto, todo termina explicándose tarde o temprano, y de manera convincente.

A Spock no le gusta que lo confundan
con el hermano mayor de Legolas


No faltan los momentos emotivos, de entre los que rescato dos especialmente: la visión del Enterprise a medio construir en un remoto hangar al aire libre, y la aparición de Leonard Nimoy como Spock. Con 78 años sobre sus espaldas, la deferencia de aceptar interpretar una vez mas al personaje que lo hizo famoso y con el cual estuvo peleado en su momento, es un detalle que se agradecerá eternamente.

Trailer

Aparte de todo lo dicho hay acción, mucha acción, sostenida por los espectaculares efectos especiales de ILM que obligan a acudir al cine para disfrutarlos en toda su magnitud. En ningún momento aburre ya que siempre está pasando algo de interés. Incluso cuando no hay disparos y gente corriendo, las notas de humor ayudan a que las dos horas que dura pasen volando.

Como esta emblemática nave y su tripulación, a través del espacio. La última frontera parece adquirir por suerte una nueva dimensión. Esperemos que haya más viajes tan intensos y emotivos como éste.


¡ASÍ SÍ!: Gran espectáculo para todos aquellos que velen por una larga vida y prosperidad.


¡ASÍ NO!: Todo lo criticable pasa a un segundo plano ante la contundencia de la película. A lo mejor el malo carece del suficiente carisma. Ustedes dirán.



2 comentarios:

rvs dijo...

¡Qué catador autorizado¡: RUBEN, EL COMIQUERO!!!!!. No pensaba ver esta pelí, ni me había pasado por la mente, pero después de estas calificadas opiniones iré a verla. Roberto von Sprecher

Paúlcamarin dijo...

Hoy la fui a ver y la verdad que me gusto bastante. Y eso que no habia visto nada de Star Trek (ba uno o dos capitulos de la serie clasica,pero cuando era muy chico) y la pase muy bien. Me parece que es un tipo de pelicula que remite a un cine sci-fi de los 70 y 80 y me acordaba de su saga rival Star Wars (las originales obvio).