24/2/09
Destripamos la 81 edición de los Oscar
Estuve negado hasta último momento, lo confieso. Varias décadas de soporíferas ceremonias, a cuál más intrascendente y opaca, me alentaba a ver en su lugar un capítulo de cualquier serie, confiando en que ese tiempo sería mejor invertido incluso si me ponía a leer la guía telefónica.
Pero, oh sorpresa, encontré un espectáculo de un nivel superior a los anteriores. Tampoco demasiado, un poquito mejor. Evitaré criticar la decisión de los jurados, que si esta película merecía ganar o esta otra no, por la simple razón que no las he visto a todas. Falta recorrer mucho camino aún para que me inviten a las proyecciones de prensa sin pagar un peso, y mucho más para que la gente de los Oscars se fijen en este modesto crítico. ;-p
Para empezar, admito con agrado que la transmisión de TNT para latinoamérica resultó más que correcta. Traducciones a tiempo y con muy pocos titubeos evitaron las ganas de masacrar a los locutores, como venía siendo costumbre.
Hugh Jackman, nuestro Hugh Jackman, se comportó más que correcto en su rol de conductor. Digo “nuestro” porque parte de su carrera abarca géneros y personajes que son habituales en este blog, a pesar de que sus cazadores de monstruos y mutantes belicosos coqueteen con el mainstream más conservador (tomemos como ejemplo ese engendro entre dramático y romanticoso llamado Australia).
La sorpresa que guardaba bajo la manga golpeó de tal manera que seguramente habrá un antes y un después en su carrera. Con gracia y ductilidad se animó a dos números musicales que, a pesar de no ser eventos que suela detenerme a ver, capturaron mi atención y ayudaron a levantar el nivel de la entrega. Deslumbrante puesta en escena a pesar de que el muchacho, tras levantar los pies un par de veces, terminara boqueando por la falta de aire. Esto, sin embargo, no significa que tolere cualquier cosa. En cuantito vea un anuncio que diga cosas como “X-men: el musical”, salgo a la calle y rompo todo. ¿¿¿Cómo??? ¿¿¿Ya hay un proyecto en marcha???
Emoción pura destiló el premio especial que recibió el inigualable Jerry Lewis por su labor humanitaria. Un hombre que haciendo honor a su natural gracia no dejó de jugar como un niño desde el momento en que pisó el escenario. No paró de jugar con su dentadura postiza: llevándola de un lado a otro de la boca, y consiguiendo momentos de gran tensión, sobre todo durante su retirada, donde la falsa dentición amenazó con saltar sobre la primera fila, directo al escote de Meryl Streep.
Angelina y Brad le taparon la boca a todos aquellos que dudaban de sus condiciones actorales. Las sonrisas y miradas que le dedicaban a Jennifer Aniston mientras hacía su rutina con Jack Black, festejando sus gracias como si estuvieran frente a una amiga de la familia, confirman las dotes histriónicas de la parejita, a pesar de lo que digan las malas lenguas.
El momento de los finados, sin dudas, es el segmento más esperado de la noche. En primer lugar por el morbo que despierta en nuestras condenadas cabecitas, y también porque llega justo para evitar que Morfeo nos arrastre a su morada por el resto de la noche. El valor de la sección necrológica consiste en inyectar el elemento sorpresa al show, ya que siempre aparece gente que nos sorprende con su partida. Tal el caso este año de Vampyra , Maila Nurmi, la protagonista del clásico Plan 9 from Outer Space, y de Charles H. Schneer, productor de maravillas como It came from Beneath the Sea, Jasón y los Argonautas, y 20 Millones de Millas desde la Tierra. Sentidas son también las pérdidas de Ricardo Montalban y Roy Scheider (protagonista de Tiburón).
Extraña resultó la ausencia de Heath Leadger en el clip, que minutos antes había recibido el Oscar a mejor actor secundario por su Guasón. ¿No podía ser mencionado dos veces en la misma noche? Si le daban el premio y también lo homenajeaban como fallecido, ¿estarían poniéndolo a la altura del gato de Schrödinger? ¿Demasiado complejo de entender, o una amenaza para la integridad del continuum dimensional del universo?
Bravo por Sean Penn. Aplaudido de pie por sus colegas al recibir el premio como mejor actor, reconoció su sorpresa ante semejante muestra de afecto, haciendo autocrítica respecto a que nunca se consideró candidato a recibir el premio de mister simpatía.
A la bella Penélope Cruz le dieron el primer Oscar de la noche en la categoría de Mejor actriz secundaria por la película "Vicky Cristina Barcelona". Desde acá felicito a mis lectores españoles, que repiten el festejo por segundo año consecutivo.
Cosas que quisieron ser graciosas, y que lo lograron con dispares resultados: me hizo reir mucho la caracterización de Ben Stiller, parodiando a un Joaquin Phoenix barbudo e incoherente, tal como se lo pudo ver recientemente en un reportaje televisivo. De dudoso gusto en cambio fueron los festejos de un pelirrojo que hizo equilibrio con la estatuilla, posándola sobre su barbilla, y el bailecito a lo Tiger (el amigo de Winie Poo) que improvisó Danny Boyle (que lucía como una bizarra mezcla de Tarantino y Benito Fernández). ¿Qué cosas se entregaban en los baños?. El clip de Judd Apatow, productor de comedias irreverentes como Superbad y The 40 Year Old Virgin, cumplió muy bien su función de descontracturar un poco tanta formalidad.
Aún medito sobre la que fue la gran innovación de la noche. Por primera vez, anteriores ganadores de la dorada estatuilla se presentan frente a los candidatos para alabarlos antes del anunciar el resultado. Poniéndose en el rol del maestro que sermonea a su mejor alumno (no sabemos si para poner más presión o hacer más suave la decepción de la derrota), estaban allí para decirle estupideces obvias como “admiro tu trabajo”, “estarás más veces nominado/a seguramente”, “que buen trabajo hiciste”, etc. Para colmo, y sobre todo las mujeres, escuchaban ese pequeño discurso como si fuera espontáneo y sincero, con lágrimas en los ojos, como si se lo creyeran.
Sofía Loren, dirigiéndose a Meryl Streep, fue la que menos trató de encubrir la pequeña farsa. Hablando con dificultad, modulaba lentamente, como recitando de memoria un texto aprendido minutos antes. O es eso, o la señora era en realidad un robot puesto allí para cubrir la ausencia de la verdadera. La cara de Richard Jenkins hablaba por sí misma mientras escuchaba a un Adrien Brody vacilante, conciente del papel estúpido que estaba obligado a cumplir, mientras le daba una palmada moral a un tipo con muchísima mas películas y años sobre sus hombros (60 films en 25 años).”Andá a peinarle trencitas a King Kong antes de opinar sobre mi actuación”, debe haber pensado el intérprete de The Visitor.
Una breve reflexión final. Mucho se especuló sobre el favoritismo con que contaba la película de Benjamin Button, un producto armado a medida para ganar premios y arrasar en esta ceremonia. Cuando Slam Dog Millionaire empezó a recibir las estatuas, los malpensados especularon con que los rubros más importantes cambiarían de mano. Finalmente se hizo justicia y la gran ganadora de la noche fue la película independiente, hecha por un inglés en un país tan alejado como la India, con escaso presupuesto y muchos rostros morenos. La academia exhibió con esta decisión alentadoras señales de apertura y que por cierto serán festejadas alrededor del mundo. Hacía rato que no se escuchaban tantos idiomas extranjeros en esta fiesta esencialmente norteamericana.
¡Bienvenido este cambio de rumbo en los valores de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematograficas de Hollywood!
Pero...
...como soy un incorformista nato, debo depositar sigilosamente la sospecha y salir corriendo, sin desmerecer para nada las cualidades artísticas del film de Boyle: ¿no será ésta una simple pose frente al mundo, una pantomima ideada para adornar la política de cambio que trajo la victoria de Obama?
Cambio y fuera.
¡ASÍ SÍ!: El minishow de Ben Stiller. Los musicales. Hugh Jackman . Los premios a Slum Dog...
¡ASÍ NO!: El desfile de momias vivientes, actrices que perdieron la expresión tras un quirófano de LA. Como siempre, la abundancia de tanta cosa políticamente correcta.
Lista de ganadores
Mejor película
Slumdog Millionaire
Director
Danny Boyle, por Slumdog Millionaire
Actriz principal
Kate Winslet, por The Reader (El lector)
Actor principal
Sean Penn, por Mi nombre es Harvey Milk
Actriz de reparto
Penélope Cruz, por Vicky Cristina Barcelona
Actor reparto
Heath Ledger, por El caballero oscuro
Guión adaptado
Simon Beaufoy, por Slumdog Millionaire
Guión original
Mi nombre es Harvey Milk, de Dustin Lance Black
Película animada
WALL·E
Fotografía
Anthony Dod Mantle, por Slumdog Millionaire
Montaje
Chris Dickens, por Slumdog Millionaire
Dirección artística
El curioso caso de Benjamin Button
Vestuario
La duquesa
Maquillaje
El curioso caso de Benjamin Button
Efectos visuales
El curioso caso de Benjamin Button
Sonido
El caballero oscuro
Mezcla de sonido
Slumdog Millionaire
Banda sonora original
A.R. Rahman, por Slumdog Millionaire
Canción
"O Saya", de Slumdog Millionaire
Película extranjera
Okuribito, de Yojiro Takita (Japón)
Documental
Man on Wire
Corto documental
Smile Pinki
Corto animado
La Maison en Petits Cubes
Corto de ficción
Spielzeugland
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