Es más, el bicharraco de marras sólo hace su aparición en esa fracción de película. El resto resulta una de las historias más bizarras de esa década infame, con toques gore que sorprenden por su crudeza y surrealismo que roza el delirio.
Tony es un niño al que le toca presenciar la traumática abducción de Sam, su padre, por parte de una luz misteriosa. Su madre rehace la vida con otro hombre, y a los tres años el desaparecido vuelve reclamando su lugar. ¿Cómo regresa? El extraterrestre, que sale de un pantano, incuba a una desprevenida mujer a través de una extraña sesión de sexo oral, quedando embarazada en cuestión de horas y dando a luz al padre del niño…no como bebé sino con el aspecto que tenía al ser secuestrado. Imaginen el estado de la muchacha al terminar el parto.
El “recién nacido” guarda dentro de sí a la criatura extraterrestre, pero usará los recuerdos de Sam para ganar la confianza de su hijo y convertirlo en uno de ellos (argumento tomado “prestado” de Invasores de Marte, 1953). Además buscará a una mujer apta para transformarla en ponedora de huevos alien, y así multiplicar la especie en la Tierra.
Lo que ocurre con Tony merece un párrafo aparte. Tras ser “infectado” por su padre a través de un “beso” muy absorbente (ver para creer), el niño adquiere poderes telequinéticos y la habilidad de dar vida a un payaso enano y a un soldado de juguete del tamaño de una persona, y que usará para vengarse de aquellos individuos que osen fastidiarlo. Exacto, yo también me pregunto que cócteles se fumaban por aquella época.
Destaca en el elenco la bella Maryam d'Abo, actriz francesa que gracias a este papel fue convocada para ser chica Bond (y no precisamente por sus capacidades actorales) en el film interpretado por Timothy Dalton “007 Su nombre es peligro” (The living daylights, 1989), la decimoquinta de la saga.
Trailer
Como les dije, delirio puro, y del bueno. Tal vez el toque británico (la película es inglesa) le dé un aire demasiado serio, por momentos pausado y con mucho diálogo, pero que no afecta el ritmo general gracias a que en el momento menos pensado, cuando creemos que ya no nos sorprenderá nada, la historia nos tira a la cara alguna sorpresa de alto calibre bizarro.
¡ASÍ SÍ!: Una película que esquiva el lugar común. Injustamente olvidada.
¡ASÍ NO!: El director Harry Bromley Davenport filmó dos secuelas más: “Xtro II: The Second Encounter” (1990), y “Xtro 3: Watch the Skies” (1995), absolutamente innecesarias y sin la gracia de la primera.
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