Nació un 18 de abril de 1884 en Viena, Austria, y murió el 29 de junio de 1963 en New Jersey. Luego de estudiar arte en París, se trasladó a EEUU donde subsistiría dibujando planos para los astilleros de Florida y California.
Fue el dibujante estrella de las primeras revistas pulp de ciencia ficción estadounidenses (Amazing Stories, Wonder Stories y todos sus desprendimientos, Marvel cómics, entre otras). De su imaginación brotaron extraterrestres con fundamentos científicos, máquinas de tecnología avanzada, ciudades ultra-modernas, estaciones espaciales (fue el primero que las dibujó), y platos voladores (dos décadas antes del famoso avistaje de Kenneth Arnold).
Su influencia sobre todos los ilustradores de ciencia ficción es indiscutible. No será la primera vez que lo veamos en este blog.
29/1/11
27/1/11
Tropa de Elite (2007)
Cuando Sylverster Stallone estuvo por Brasil filmando Los Indestructibles (The Expendables, 2010), varias fueron las impresiones que se llevó de ese país. Posteriormente las expuso en una polémica conferencia de prensa en plena Comic-Con de San Diego, valiéndole el repudio general del pueblo brasileño. Entre sus declaraciones hacía mención a policías que usaban camisetas con una calavera, dos armas y una daga clavada en el centro, y agregando socarronamente que no se imaginaba a la policía de Los Angeles usando semejante atuendo. Evidentemente Sly debería ver más cine extranjero, porque para esa época Tropa de Elite hacía bastante tiempo que había pasado por los cines. O tal vez como ya se hallaba en su país poco le preocupó tomarse a la ligera a esta gente. Creo que luego de ver esta película, Río debería ocupar el último lugar en la lista de ciudades donde tomarse vacaciones.
Porque Tropa de Elite hace referencia, precisamente, a ese Batallón de Operaciones Especiales (BOPE) de la policía militar de Río que, por lo general, primero dispara y después pregunta. Los mismos que en diciembre de 2010 fueron noticia en el mundo entero al arrasar con los pandilleros de varias de las favelas más peligrosas en operativos de características cinematográficas.
Acá no hay héroes. En medio de un clima pesimista somos partícipes de cómo, durante toda la película, los personajes principales y su entorno van siendo devorados por un sistema infectado de cinismo, odio y doble moral. Nascimento continuamente intenta justificar lo injustificable. La corrupción policial es expuesta sin piedad. La juventud burguesa retroalimenta con hipocresía el mismo mal que busca apaciguar. Y los sanos de espíritu son lobotomizados para serles funcionales al horror. Los únicos personajes que tal vez reciben un tratamiento convencional son los habitantes de las favelas y los propios pandilleros. Y se entiende porque desde el título el director deja en claro cuál será la mirada preponderante, la opuesta a la de esa otra gran película brasileña llamada Ciudad de Dios.
José Padilha dirige magistralmente un film sofocante, de una crudeza que puede molestar a más de uno. Sabe como utilizar la cámara para que las situaciones, tensas de por sí, resulten aún más dramáticas. Saca, además, lo mejor de cada uno de los actores que exhiben su sufrimiento con convicción. Es increíble que éste sea su segundo trabajo (y su primera ficción).
El contundente guión fue responsabilidad de Braulio Mantovani (el mismo de Ciudad de Dios), basado en el libro Elite da Tropa escrito por el sociólogo Luiz Eduardo Soarez en colaboración con dos ex-capitanes de la BOPE: André Batista y Rodrigo Pimentel.
La producción tuvo que superar innumerables escollos: la policía retiró su colaboración de entrada; los políticos de izquierda, ofendidos por la manera en que se trataba a las ONGs, la acusó de ultraderechista (es paradójico, por su documental Ônibus 174, el director fue imputado de todo lo contrario); y los narcotraficantes impidieron que usaran las favelas para la filmación. Los actores, además, hicieron muchas de las tomas con verdaderos chalecos antibalas para preservar su vida.
A punto de ser estrenada, la policía de Brasil presentó una demanda para evitar su llegada a los cines ya que argumentaban que falseaba la realidad. En medio del juicio se filtró una copia pirata que tuvo récord de descargas y ventas y que amenazó con arruinarla comercialmente. Ésta era una versión workprint, sin terminar, bastante diferente a la que se vió en las salas. Al final la justicia falló a favor de los realizadores, se estrenó con gran éxito de público y crítica, y recibió numerosos premios internacionales, entre ellos el Oso de Oro en el 58º Festival de Cine de Berlín.
La secuela, Tropa de Elite 2, ya fue estrenada en Brasil, siendo la película nacional más vista de la historia de ese país. Transcurre 15 años después, y denuncia las relaciones entre el crimen organizado, la policía, la política, y las milicias: ex policías y agentes carcelarios que desalojan a los narcos de las favelas para ocupar su lugar y cobrar por protección.
¡ASÍ SÍ!: Excelente dirección, banda sonora y actuaciones. Brutal. Comprometida. No se salva nadie.
¡ASÍ NO!: Según palabras del propio director, la realidad es muchísimo peor que lo mostrado en la película.
Reportaje a Wagner Moura, protagonista de la película
Porque Tropa de Elite hace referencia, precisamente, a ese Batallón de Operaciones Especiales (BOPE) de la policía militar de Río que, por lo general, primero dispara y después pregunta. Los mismos que en diciembre de 2010 fueron noticia en el mundo entero al arrasar con los pandilleros de varias de las favelas más peligrosas en operativos de características cinematográficas.
La historia se centra en Nascimento, capitán de la BOPE. Las presiones que sufre a diario están afectando su psiquis, las relaciones familiares, incluso lo han hecho adicto a tranquilizantes a esta altura parecen caramelos sin azúcar. Es hora de retirarse, pero la fidelidad a la Fuerza lo obligan a buscar un sucesor digno de su cargo. Los candidatos son dos: Neto y Matías. Ambos son policías honestos y demasiado idealistas. El problema del primero es su impulsividad casi suicida. El otro cursa en paralelo la carrera de Derecho, buscando unir dos mundos que no parecen ir de la mano. La visita de Juan Pablo II a Brasil (la acción transcurre en el año 1997) tensa la cuerda y acelerará los destinos de cada uno.
Acá no hay héroes. En medio de un clima pesimista somos partícipes de cómo, durante toda la película, los personajes principales y su entorno van siendo devorados por un sistema infectado de cinismo, odio y doble moral. Nascimento continuamente intenta justificar lo injustificable. La corrupción policial es expuesta sin piedad. La juventud burguesa retroalimenta con hipocresía el mismo mal que busca apaciguar. Y los sanos de espíritu son lobotomizados para serles funcionales al horror. Los únicos personajes que tal vez reciben un tratamiento convencional son los habitantes de las favelas y los propios pandilleros. Y se entiende porque desde el título el director deja en claro cuál será la mirada preponderante, la opuesta a la de esa otra gran película brasileña llamada Ciudad de Dios.
José Padilha dirige magistralmente un film sofocante, de una crudeza que puede molestar a más de uno. Sabe como utilizar la cámara para que las situaciones, tensas de por sí, resulten aún más dramáticas. Saca, además, lo mejor de cada uno de los actores que exhiben su sufrimiento con convicción. Es increíble que éste sea su segundo trabajo (y su primera ficción).
El contundente guión fue responsabilidad de Braulio Mantovani (el mismo de Ciudad de Dios), basado en el libro Elite da Tropa escrito por el sociólogo Luiz Eduardo Soarez en colaboración con dos ex-capitanes de la BOPE: André Batista y Rodrigo Pimentel.
La producción tuvo que superar innumerables escollos: la policía retiró su colaboración de entrada; los políticos de izquierda, ofendidos por la manera en que se trataba a las ONGs, la acusó de ultraderechista (es paradójico, por su documental Ônibus 174, el director fue imputado de todo lo contrario); y los narcotraficantes impidieron que usaran las favelas para la filmación. Los actores, además, hicieron muchas de las tomas con verdaderos chalecos antibalas para preservar su vida.
A punto de ser estrenada, la policía de Brasil presentó una demanda para evitar su llegada a los cines ya que argumentaban que falseaba la realidad. En medio del juicio se filtró una copia pirata que tuvo récord de descargas y ventas y que amenazó con arruinarla comercialmente. Ésta era una versión workprint, sin terminar, bastante diferente a la que se vió en las salas. Al final la justicia falló a favor de los realizadores, se estrenó con gran éxito de público y crítica, y recibió numerosos premios internacionales, entre ellos el Oso de Oro en el 58º Festival de Cine de Berlín.
La secuela, Tropa de Elite 2, ya fue estrenada en Brasil, siendo la película nacional más vista de la historia de ese país. Transcurre 15 años después, y denuncia las relaciones entre el crimen organizado, la policía, la política, y las milicias: ex policías y agentes carcelarios que desalojan a los narcos de las favelas para ocupar su lugar y cobrar por protección.
¡ASÍ SÍ!: Excelente dirección, banda sonora y actuaciones. Brutal. Comprometida. No se salva nadie.
¡ASÍ NO!: Según palabras del propio director, la realidad es muchísimo peor que lo mostrado en la película.
Reportaje a Wagner Moura, protagonista de la película
25/1/11
Bandas sonoras: Dracula (1931)
El tema es "Swan Lake", de Pyotr Ilyich Tchaikovsky, y se lo puede oir en muchas películas, vampíricas por lo general, en plan de homenaje. Las últimas veces que lo escuché: reviendo Ed Wood (1994), el magnífico film de Tim Burton sobre el "peor" director de la historia, y en Lost Boys 2: Tribe (2008), remake tardía del clásico ochentero, aquel donde Kiefer Shuterland chupaba cuellos sin preocuparse aún por el terrorismo internacional.
24/1/11
Efectos especiales del cine con After Effects
Demo reel del estudio de Dylan Cole, especialista en pintura matte y efectos especiales. El software que utiliza incluye Photoshop para las pinturas, Cinema 4D para los objetos tridimensionales y mapping, y After Effects para composición en 2D. El siguiente clip muestra justamente la manera en que utilizó capas para conseguir tomas increíbles y paisajes imposibles en películas de primera línea.
22/1/11
Volver al Pasado
La noticia sorprendió a todos. La primera parte de Volver al Futuro (Back to the Future) regresaba a los cines con calidad digital y sonido 5.1. Pero el reestreno iba a tener lugar sólo en el Reino Unido y USA, con el objeto de promocionar la edición de la trilogía en Blue Ray y conmemorando al mismo tiempo sus 25 años de vida.
Los fanáticos de otros países, enterados de la noticia, hicieron oir su voz para que el evento se extendiera a las salas de su ciudad. Fue por ello que en México la sucursal de Universal abrió un sitio web para que la gente votara y así medir el interés del público. La respuesta fue arrolladora y el 5 de noviembre de 2010 unas 30 salas proyectaron la película.
En Argentina hubo que esperar un poco más, hasta el 13 de enero de 2011, gracias a la movida de Sir Chandler, uno de los responsables del sitio Cines Argentinos. Pero las noticias no eran alentadoras. Salvo en Buenos Aires y algunas salas del interior, no había intenciones de que el film se proyectara en Santa Fe, mi ciudad.
Esta semana sucedió el milagro. Sólo dos funciones, viernes y sábado a las 1:20 de la madrugada. Y allí estuvimos, celebrando la pasión por el séptimo arte. Aplaudiendo con Volver al Futuro esas películas que, como en el caso de quien escribe, marcaron su adolescencia, y que en el de todos, representan el tipo de cine que queremos ver, y que es cada vez más difícil de encontrar.
No importó saberla de memoria, ni que la entrada tuviera el mismo valor que un estreno, ni el inhumano horario de proyección. El éxito fue rotundo. Más del 90% de la sala estaba ocupada, y sorprendentemente quienes colmaban las butacas eran en su mayoría menores de 30 años, jóvenes que en aquel lejano 1985 apenas sabían escribir o que directamente no habían nacido. Los mismos que son acusados de boicotear la industria mediante la descarga de copias ilegales y que demostraron que cuando se les ofrece calidad, acuden al cine incondicionalmente como debe ser.
En definitiva, el éxito de este evento a escala mundial constituyó un importantísimo llamado de atención para que estudios, realizadores y distribuidores tomen nota y comiencen a sintonizar con el espectador.
Que el evento se repita depende de muchos factores. Nosotros ya hicimos nuestra parte (nuevamente gracias a Chandler por el esfuerzo). El resto dependerá de la inteligencia de la gente mencionada en el párrafo anterior y de algunos detalles técnicos, como que las películas estén en buen estado para poder ser digitalizadas. Sobre estas cuestiones aquí les dejo el enlace a un excelente artículo sobre el tema.
El de anoche fue un muy buen viaje. Sí señor. Queremos más.
Los fanáticos de otros países, enterados de la noticia, hicieron oir su voz para que el evento se extendiera a las salas de su ciudad. Fue por ello que en México la sucursal de Universal abrió un sitio web para que la gente votara y así medir el interés del público. La respuesta fue arrolladora y el 5 de noviembre de 2010 unas 30 salas proyectaron la película.
En Argentina hubo que esperar un poco más, hasta el 13 de enero de 2011, gracias a la movida de Sir Chandler, uno de los responsables del sitio Cines Argentinos. Pero las noticias no eran alentadoras. Salvo en Buenos Aires y algunas salas del interior, no había intenciones de que el film se proyectara en Santa Fe, mi ciudad.
Esta semana sucedió el milagro. Sólo dos funciones, viernes y sábado a las 1:20 de la madrugada. Y allí estuvimos, celebrando la pasión por el séptimo arte. Aplaudiendo con Volver al Futuro esas películas que, como en el caso de quien escribe, marcaron su adolescencia, y que en el de todos, representan el tipo de cine que queremos ver, y que es cada vez más difícil de encontrar.
No importó saberla de memoria, ni que la entrada tuviera el mismo valor que un estreno, ni el inhumano horario de proyección. El éxito fue rotundo. Más del 90% de la sala estaba ocupada, y sorprendentemente quienes colmaban las butacas eran en su mayoría menores de 30 años, jóvenes que en aquel lejano 1985 apenas sabían escribir o que directamente no habían nacido. Los mismos que son acusados de boicotear la industria mediante la descarga de copias ilegales y que demostraron que cuando se les ofrece calidad, acuden al cine incondicionalmente como debe ser.
En definitiva, el éxito de este evento a escala mundial constituyó un importantísimo llamado de atención para que estudios, realizadores y distribuidores tomen nota y comiencen a sintonizar con el espectador.
Que el evento se repita depende de muchos factores. Nosotros ya hicimos nuestra parte (nuevamente gracias a Chandler por el esfuerzo). El resto dependerá de la inteligencia de la gente mencionada en el párrafo anterior y de algunos detalles técnicos, como que las películas estén en buen estado para poder ser digitalizadas. Sobre estas cuestiones aquí les dejo el enlace a un excelente artículo sobre el tema.
El de anoche fue un muy buen viaje. Sí señor. Queremos más.
Enlaces (gentileza de george, copiloto del DeLorean):
Nota televisiva a Sir Chandler
El dato: Chandler necesitaba 5.000 espectadores para no perder el auto (ver notas). La primer semana reunió 36.993 personas. Bravo.
21/1/11
Música: La música de Cosmos (Vangelis, 1980)
Momento ideal para relajarse frente al monitor, apagar las luces y reproducir el siguiente videoclip a pantalla completa. Videoclip que utiliza los temas emblemáticos de esa gran serie documental llamada Cosmos, responsabilidad de Carl Sagan, y con música de Vangelis (entre otros). Déjense transportar, como dijera un conocido nuestro, al infinito y más allá.
Ah, y no dejen de leer los comentarios. ;)
18/1/11
Monstruos clásicos según el arte de Daniel R. Horne.
Daniel R. Horne es un ilustrador nacido en Pittsburgh en 1960 con más de veinticinco años de carrera. Además de ser conocido por sus tapas de libros (entre las que se destacan los de la serie Hardy Boys), también se dedica a la escultura y a la realización de muñecos (arte que heredó de su madre y de su abuela). Los siguientes son trabajos que retratan a grandes monstruos del cine, como Lon Chaney, Bela Lugosi, Christopher Lee, Peter Cushing, Vincent Price y Boris Karlof, en los papeles que les dieron la fama. Amor por los clásicos que le dicen. Clic para ampliar.
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