Aparentemente es así. Salvo que el azar haya metido la cola, pues a casi dos horas de publicado el comentario anterior, ¡volví a tener línea telefónica, y por consiguiente, internet! Fue casi una semana de dolorosa abstinencia y de hacer magia con mis responsabilidades para estar presente en mi casa y esperarlos.
Lo gracioso es que solucionaron el problema sin necesidad de atenderlos. Nunca los ví. No me quejo de esto, pero...
¿¿¿6 días????....
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