Este engendro forma parte de las últimas producciones de la gente de The Asylum. Y si el nombre del film les provoca una especie de Deja Vu, no es por casualidad. Esta gente puede ser considerada como los reyes de la exploitation del siglo XXI. O del robo descarado. Para los que no conozcan el término, exploitation hace referencia a aquellas obras que buscan solamente el rédito comercial, que usan un tema de moda o se aprovechan de una película de gran éxito. A veces toman el nombre con leves modificaciones a la caza de desprevenidos, en otros casos son clones de baja calidad que usan las mismas tramas. Pero siempre con actores desconocidos o en decadencia, y bajísimo presupuesto.
Ejemplos de lo que ha hecho esta productora en los últimos años:
Cuando se estrenó El Código Da Vinci, ellos sacaron The Da Vinci Treasure. Cuando apareció King Kong de Peter Jackson, arremetieron con King of the Lost World. Abreviando, “Snakes on a train” robó a “Snakes on a Plane”, “666: The child” a la nueva versión de “La Profecía”, “Exorcism: The possession of Gail Bowers” al “El Exorcismo de Emily Rose”, “Soy Omega” a “Soy Leyenda”, “Monster” a “Cloverfield”, “Alien vs. Hunter” a “Alien vs Predator”, “Pirates of Treasure Island” a “Piratas del Caribe”, y el que hizo caer en la trampa a varios: “Transmorphers” a “Transformers”. Y si buscan van a encontrar más casos vergonzosos...
En esta oportunidad se quiso aprovechar el estreno de ese bodrio de Roland Emmerich llamado “10.000 BC”, aunque ambas tienen pocas cosas en común. Salvo que comparten la categoría de bodrio. Aquí, un grupo militar altamente entrenado viaja al pasado para rescatar a unos científicos perdidos en el tiempo. El destino: la Argentina del Cretácico.
No tiene mucho sentido abundar en esta película con tan poca onda. Los primeros quince minutos prometían, con las interesantes explicaciones preliminares sobre el origen de los viajes temporales. Los problemas para el film y para nosotros, pobres espectadores, comienzan cuando llegan al pasado. Es imperdonable que en esta época se utilice una animación tan berreta. Si con cualquier software de 3D casero podemos hacer algo mejor que esto. Concientes del papelón que estaban ofreciendo, las tomas son deliberadamente fugaces o con movimientos de cámara tan violentos que apenas permiten apreciar a los animales.
A no engañarse. En esta foto el dino se ve mucho mejor que en la propia película.
El argumento a su vez está lleno de agujeros. Se habla de paradojas temporales, pero cuando arriban al pasado alteran todo lo que pueden sin preocuparse del efecto mariposa. El científico de turno reconoce la montaña que buscan porque en 70 millones de años, sólo cambió un poco su tamaño!!! Ni hablar de las actuaciones, los diálogos infantiles, y un final que busca ser emotivo pero que no conmueve ni a Matías Alé.
Los únicos actores reconocibles son Michael Gross, el loco de las armas de la saga Tremors, y Greg Evigan. Sí, Greg Evigan. ¿Cómo que quién es? Los mayores de 30 que vean el siguiente clip lo recordarán inmediatamente:
En definitiva, no sirve ni como clase Z. Hasta Pterodactyl (2005) tenía más onda.
¡ASÍ SÍ!: Gracioso el momento en que uno de los científicos perdidos pinta un plato volador en una cueva como diversión, pensando en las consecuencias que ello traerá en el futuro.
¡ASÍ NO!: Aunque sea para video y hecha con bajo presupuesto, nunca hay que perder la dignidad. Esta película sin dudas la abandonó en el pasado prehistórico.
Ficha IMDB
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