Regresa una de las secciones más añoradas por los lectores del blog. La caída de Megaupload resultó un golpe muy duro para los sitios que compartían películas online. Pero como la hierba mala, el tiempo no pudo evitar que volvieran a hacerse un lugar en el ciberespacio. Y para la reinauguración les presento una de mis películas de ciencia ficción favoritas, una de las mejores producidas en los años noventa. "Ciudad en Tinieblas", dirigida por el egipcio radicado en Australia Alex Proyas, se fue convirtiendo con el tiempo en un clásico de culto a pesar de haber pasado desapercibida durante su estreno. Un film de estética neo-noir que influyó claramente en films posteriores como Matrix, y que narra ni más y menos que el intento de una raza extraterrestre por dilucidar el secreto que se oculta tras la naturaleza humana.
Protagonizan Rufus Sewell, Kiefer Sutherland (antes de saltar a la TV con su serie 24), William Hurt, y la bellísima Jennifer Connelly. Para disfrutar otra vez si ya la vieron y en muy buena calidad. No olviden activar los subtítulos si no los visualizan.
27/4/13
22/4/13
El cofre del muerto: Los guiones perdidos de Alien 3 (2da parte)
Del segundo al quinto guión
El finlandés Renny Harlin, firme en su rol de director de la
película, sugirió al guionista Eric Red para dar forma definitiva a la historia,
que había sufrido un revés con el abandono del escritor William Gibson. Eric
Red venía de escribir los guiones de dos interesantes películas: The Hitcher
(1986) y Near Dark (Los viajeros de la noche, 1987). Lo que tendría que haber
sido un cómodo trabajo de cinco semanas acabó convirtiéndose en un calvario de
dos meses, con un Red quejándose de unos productores que no sabían lo que
querían. Para colmo le prohibieron usar el personaje de Ripley, que debía
aparecer en la secuela, obligándolo a inventar nuevos personajes.
En el guión entregado el 7 de febrero de 1989, la Sulaco es
abordada por un grupo de Boinas Verdes que descubren tres huevos aliens en las
cámaras de Ripley, Hicks y Newt. Los soldados entonces son atacados por un
alien adulto.
Uno de los Boinas sobrevivientes, Sam Smith, termina con
amnesia y es enviado a la casa de sus padres en la North Star, una estación
espacial poblada por granjeros y destinada al cultivo. Lo que sus habitantes
ignoran es que debajo de los campos de trigo existen laboratorios militares
donde se crean híbridos de animales con extraterrestres: aliens-pollos,
aliens-vacas, alliens-cerdos, etc.
Un alien cordero, diseño de Mike Worrall
Sam se infiltra en una zona reservada, descubre el secreto,
y recupera la memoria en el momento en que los híbridos escapan de su
cautiverio. Se inicia así una guerra que une a los granjeros y a los militares
contra los monstruos. Sam reúne a su familia y escapan utilizando una lanzadera
oculta, pero al atravesar la bóveda de cristal que protege la nave-granja, se
produce una violenta descompresión que funde a todos los aliens en una sola
criatura gigantesca. El monstruo atrapa la nave de salvataje, pero Sam le
arroja bombas nucleares y consigue escapar mientras la North Star estalla en la
distancia.
Por supuesto que ni Giler, ni Hill ni los ejecutivos de la
Fox aprobaron semejante argumento. Decepcionado, Renny Harlin decidió
desvincularse del proyecto, y Fox le compensó ofreciéndole la dirección de Die
Hard 2 (1990).
Otra de las criaturas producidas por la ingeniería genética
Los productores decidieron volver a intentarlo con otro
guionista, y en marzo de 1989 la Fox autorizó la reescritura. La idea general
incluía una nave de la Unión Soviética atacando la estación espacial donde se
encuentra Ripley al principio de Aliens. Esta vez no serían dos películas, sólo
una.
El elegido esta vez fue David Twohy, que hasta el momento
sólo contaba con Critters 2 en su currículum. ¿Qué pensaban al dejarle
semejante superproducción a un joven con ese antecedente? Como sea, el escritor
se puso a trabajar conservando gran parte del texto original hasta que en
noviembre de 1989…cae el muro de Berlín. La idea de los dos bloques políticos
ya no tenía sentido y la historia tuvo que ser reescrita en un cuarto guión que
trasladaba la acción a una colonia penal y sin rusos a la vista. El guión era
bueno, pero tenía un gran problema: nadie le había avisado a Twohy que debía
incluir a Ripley en él. Joe Roth, presidente de la Fox, se negaba a filmar la
película sin Sigourney.
Así surgió el quinto guión, donde Twohy cambió al
protagonista masculino por Ripley, modificó escenas y alteró los diálogos. Se
dice que la misma Sigourney Weaver colaboró con él. El resultado, que insumió
seis meses de trabajo, fue un argumento muy parecido al que se vio en el cine,
pero con un desarrollo muy similar al propuesto por Gibson.
Lo que ignoraba Twohy es que el estudio había contratado a
un director que quería reescribir la historia por su cuenta. Cuando se enteró las
autoridades le dijeron que en realidad estaban trabajando para Alien 4. La
mentira se reveló cuando acabó su guión, destinado a acabar sus días en el
olvido más bochornoso. Apenas desvinculado del proyecto les dedicó unas tiernas
palabras: “Y eso fue lo último que supe de ellos; aún espero que alguien me
llame. El viejo adagio es cierto: Hollywood paga muy bien a sus guionistas,
pero lo compensa tratándolos como a mierda”.
Si quieren saber el nombre del director de la discordia y
cómo continúa esta historia, no se pierdan la siguiente entrega.
18/4/13
Socar Myles: Creepy Fauna
Hace unos días me topé con el trabajo de esta ilustradora canadiense y no pude evitar compartir algunas de sus bellas ilustraciones, donde se destacan surrealistas paisajes poblados de criaturas reales y otras imaginarias. Su técnica, minuciosa hasta la obsesión, se basa en el uso del lápiz y la tinta.
A Socar Myles le gusta la sopa, odia los juegos de mesa, le gustan los colores rojo, marrón y amarillo, en este orden y tiene un acento escocés que intenta hacer desaparecer. Tambien le gusta dibujar ratas, raíces, ramas y arboles y gente enroscada en ellos, aunque también tiene una larga lista de cosas que nunca plasmaría en papel.
Para ver más de su obra pueden acceder a este sitio.
A Socar Myles le gusta la sopa, odia los juegos de mesa, le gustan los colores rojo, marrón y amarillo, en este orden y tiene un acento escocés que intenta hacer desaparecer. Tambien le gusta dibujar ratas, raíces, ramas y arboles y gente enroscada en ellos, aunque también tiene una larga lista de cosas que nunca plasmaría en papel.
Para ver más de su obra pueden acceder a este sitio.
11/4/13
Música: The Stampede / Bad Motherfucker (Biting Elbows)
Dos impresionantes videoclips que cuentan una misma historia, gentileza del grupo ruso "Biting Elbows". No solamente están buenos los temas musicales: los dos pequeños cortos dirigidos por Ilya Naishuller ameritan que este muchacho dirija alguna película. A continuación les dejo la versión unificada, conocida como "Insane Escape", ultraviolenta, trepidante, sangrienta y con toques de ciencia
ficción. Parece la captura de un videojuego con personajes de carne y hueso donde los golpes duelen de verdad.
La banda se formó en Moscú en el año 2008, y está conformada por Ilya Naishuller, Garik Buldenkov, Ilya Kondratiev, Alexei Zamaraev.
La banda se formó en Moscú en el año 2008, y está conformada por Ilya Naishuller, Garik Buldenkov, Ilya Kondratiev, Alexei Zamaraev.
10/4/13
Figuritas: Space 1999 (Sobre 4)
Los efectos especiales eran bastante limitados para los estandares actuales, pero en su época fueron de los más
avanzados. Las naves Águilas eran una maquetas fantásticas,
con sus toberas de gases, sus sonidos de despegue en plena Luna y sus
rayos láser pintados a mano. Alpha tenía un control de operaciones en
la que se centraba la mayoría de las veces la acción. Un computador central con voz femenina y que ofrecía sus datos en
papel, como el de las cajas registradoras del supermercado, mantenía
informados y daba sus consejos a los sufridos habitantes. El mago detrás de las naves invasoras y escenarios en miniatura se llamaba Martin Bower. El maquetista construyó 54 modelos utilizando elementos tan simples como válvulas de radio, envases de yoghurt y botellas de detergente.
7/4/13
JESS FRANCO (1930 - 2013)
Se fue un tipo único. Transcribo como homenaje la nota publicada por el periódico argentino Página 12, donde se expresa de manera perfecta lo que significó este cineasta para todos los amantes de ese cine que tanta alegrías nos dá y pocos valoran.
JESS FRANCO (1930 - 2013), UN DIRECTOR CON EL CINE EN LA SANGRE
El aprecio de gigantes como Fritz Lang u Orson Welles sirve para entender el talento, audacia y creatividad de este hombre con el cine en la sangre, probablemente demasiado adelantado a su tiempo.
Luego de sufrir el ataque de censores e intolerantes –incluyendo el Vaticano, que a fines de la década de 1960 lo declaró “el cineasta más impío junto a Luis Buñuel”–, Franco también fue objeto del menosprecio del establishment cultural, lo que de algún modo potenció su furia por hacer cine a como dé lugar, adaptándose a géneros marginales y presupuestos abismales, al punto que durante años el libro Guinness de Records Cinematográficos lo tuvo en cuenta como el realizador más prolífico.
Dado que por censura o distribución muchas de sus películas tuvieron múltiples versiones con diferente metraje, título y créditos, ni los más obsesivos cinéfilos pueden estar seguros de la totalidad de su obra. Hace un par de décadas, algunos hablaban de cerca de 200 títulos, mientras el mismo Franco mencionaba “un centenar largo”, y actualmente se citan 199 films, incluyendo una película estrenada en España apenas unos días antes de su muerte, Al Pereira vs. The Alligator Ladies.
Como para ayudar al culto y acrecentar tanto el misterio como las variantes de títulos de su filmografía, junto al Tío Jess también se fueron sus múltiples seudónimos, por ejemplo Jess Franco, Jess Frank, Clifford Brown, Betty Carter, Franco A.M. Frank, Adolf M. Frank, Anton Martin Frank, Manfred Gregor, David Khune, y todas las variantes de nombres y apellidos que se quieran buscar, incluyendo algunos alias de su musa y compañera Lina Romay (Rosa María Almirall, fallecida el año pasado).
Para entender esta catarata de alias habría que entender que Jesús Franco –oveja negra de la familia de su tío filósofo Julián Marías– estaba decidido a hacer cine de género en la España franquista: “Cada vez que decía mi nombre en el extranjero era una risa. Fue Robert Hossein quien me hizo tomar la decisión. Me decía: ‘Usted es España: Jesucristo y el Caudillo al mismo tiempo’. Me quité Jesús y me puse Jess porque me sonaba bien”.
Hay muchas caras de Jess Franco. Cuesta creer que el hombre que se ocupó de restaurar los fragmentos del inconcluso Don Quijote de Orson Welles, además de haber sido director de segunda unidad en la shakespeareana Chimes at Midnight / Campanadas a medianoche (Welles, 1965), sea el mismo autor de films softcore como Aberraciones sexuales de una rubia caliente (1976) o productos porno como Para las nenas, leche calentita (1986).
Franco se recibió de abogado y también estudió música –no por nada varios scores de sus films se convirtieron en los soundtracks más remixados de todos los tiempos, incluyendo el CD The Spirit of Vampyros Lesbos a cargo de DJ Hell, Two Lone Swordsmen y Alec Empire–, cursó dos años en la primera escuela de cine de España y finalmente prefirió ver pilas de films clásicos en la Cinemateca Francesa, lo que lo llevó a trabar amistad con el legendario Henri Langlois. A él y a Juan Antonio Bardem, a quien asistió en el clásico Muerte de un ciclista (1955), los recordó especialmente cuando le dieron el Goya de Oro en 2009.
Aparentemente, el productor de Campanadas a medianoche le ofreció a Orson Welles lo más granado de la industria del cine ibérico para que eligiera su director asistente, pero el divo pedía ver material filmado por los candidatos y nada lo convencía. Finalmente le pusieron, a modo de broma, el Dr. Orloff en la moviola y, sin dudar un segundo, Orson clamó para que contrataran a quien hubiera filmado esas imágenes.
Las ideas de cine de género de Franco no iban con el franquismo, y el punto de quiebre fue cuando dieron su opus erótico Succubus (también conocido como Necronomicon) en el Festival de Berlín, logrando elogios del mismísimo Fritz Lang (“el único film erótico interesante que vi en toda mi vida”, dijo) y aplausos de compatriotas que luego, ya en su tierra, afirmaron que Jesús había estrenado una producción porno. Jess eligió salir de ese circulo hipócrita filmando Fu Manchus o Sadomanías, y docenas de películas de todo tipo y calibre (ninguna apta para todo público, que sepamos), a veces rodadas back to back por triplicado, y como aseguró el horrendo Howard “Orloff” Vernon, nunca, por más descartables que pudieran ser, carentes de un par de escenas magistrales.
La posición más común sobre Franco de la crítica convencional es decir que es el peor director del mundo, o incluso hacer de cuenta que nunca existió.
La prueba de lo genuino del cineasta europeo moderno más prolífico es su ausencia absoluta del cable y el DVD.
Queda la web: busquen Miss Muerte, She Killed in Ecstasy, Vampyros Lesbos, y brinden a la salud de Tío Jess, el hombre con cine en las venas.
JESS FRANCO (1930 - 2013), UN DIRECTOR CON EL CINE EN LA SANGRE
De la B a la Z
Oveja negra de la familia, sobrino de Julián Marías,
el hombre que quiso hacer cine de género bajo el franquismo murió la
semana pasada, aunque quedan sus películas, casi doscientas, difíciles
de conseguir, pero verdaderos tesoros para el cinéfilo. Jesús Franco
–que cambió su nombre a Jess, conocido como el Tío Jess por sus fans–
hizo de todo: películas eróticas y pornográficas, películas sobre
vampiras lesbianas, películas de terror, de zombis, de caníbales, de
espías, de exorcistas y hasta dramas históricos (e incluso fue director
de segunda unidad de Campanadas a medianoche de Orson Welles, y dirigió a
Christopher Lee y Klaus Kinski). El director más prolífico de la
historia del cine, el pionero de la clase B en español, fue reconocido
con un Goya en 2009, pero, en general, permaneció en el más estricto
culto, amado por su grupo de fieles.
Por Alfredo García
El
martes pasado, a los 82 años, murió Jesús Franco Manera, firme candidato
a mayor cineasta de culto de todos lo tiempos, y uno de los grandes
misterios del cine moderno.
Con mencionar un puñado de títulos bastaría: sólo por Gritos en la
noche (The Awful Dr. Orloff, saga que inicio el terror hispano), hitos
eróticos como Vampyros Lesbos, Necronomicon o She Killed in Ecstasy, el
Jack the Ripper con Klaus Kinski o El Conde Drácula que le permitió por
única vez a Christopher Lee componer su vampiro siguiendo al pie de la
letra la novela de Bram Stoker; o Miss Muerte, la más genial cruza entre
el surrealismo de Buñuel y el comic contracultural sixties, escrito por
el mismísimo Jean Claude Carrière (con la bellísima scream queen Susan
Korda, alias de Soledad Miranda). Con mencionar ésos, solamente,
bastaría para considerar su estatura de culto. Pero sucede que además de
estos títulos que jamás vemos en el cable... ¡el Tío Jess filmó unas
190 películas más!El aprecio de gigantes como Fritz Lang u Orson Welles sirve para entender el talento, audacia y creatividad de este hombre con el cine en la sangre, probablemente demasiado adelantado a su tiempo.
Luego de sufrir el ataque de censores e intolerantes –incluyendo el Vaticano, que a fines de la década de 1960 lo declaró “el cineasta más impío junto a Luis Buñuel”–, Franco también fue objeto del menosprecio del establishment cultural, lo que de algún modo potenció su furia por hacer cine a como dé lugar, adaptándose a géneros marginales y presupuestos abismales, al punto que durante años el libro Guinness de Records Cinematográficos lo tuvo en cuenta como el realizador más prolífico.
Dado que por censura o distribución muchas de sus películas tuvieron múltiples versiones con diferente metraje, título y créditos, ni los más obsesivos cinéfilos pueden estar seguros de la totalidad de su obra. Hace un par de décadas, algunos hablaban de cerca de 200 títulos, mientras el mismo Franco mencionaba “un centenar largo”, y actualmente se citan 199 films, incluyendo una película estrenada en España apenas unos días antes de su muerte, Al Pereira vs. The Alligator Ladies.
Como para ayudar al culto y acrecentar tanto el misterio como las variantes de títulos de su filmografía, junto al Tío Jess también se fueron sus múltiples seudónimos, por ejemplo Jess Franco, Jess Frank, Clifford Brown, Betty Carter, Franco A.M. Frank, Adolf M. Frank, Anton Martin Frank, Manfred Gregor, David Khune, y todas las variantes de nombres y apellidos que se quieran buscar, incluyendo algunos alias de su musa y compañera Lina Romay (Rosa María Almirall, fallecida el año pasado).
Para entender esta catarata de alias habría que entender que Jesús Franco –oveja negra de la familia de su tío filósofo Julián Marías– estaba decidido a hacer cine de género en la España franquista: “Cada vez que decía mi nombre en el extranjero era una risa. Fue Robert Hossein quien me hizo tomar la decisión. Me decía: ‘Usted es España: Jesucristo y el Caudillo al mismo tiempo’. Me quité Jesús y me puse Jess porque me sonaba bien”.
Hay muchas caras de Jess Franco. Cuesta creer que el hombre que se ocupó de restaurar los fragmentos del inconcluso Don Quijote de Orson Welles, además de haber sido director de segunda unidad en la shakespeareana Chimes at Midnight / Campanadas a medianoche (Welles, 1965), sea el mismo autor de films softcore como Aberraciones sexuales de una rubia caliente (1976) o productos porno como Para las nenas, leche calentita (1986).
Franco se recibió de abogado y también estudió música –no por nada varios scores de sus films se convirtieron en los soundtracks más remixados de todos los tiempos, incluyendo el CD The Spirit of Vampyros Lesbos a cargo de DJ Hell, Two Lone Swordsmen y Alec Empire–, cursó dos años en la primera escuela de cine de España y finalmente prefirió ver pilas de films clásicos en la Cinemateca Francesa, lo que lo llevó a trabar amistad con el legendario Henri Langlois. A él y a Juan Antonio Bardem, a quien asistió en el clásico Muerte de un ciclista (1955), los recordó especialmente cuando le dieron el Goya de Oro en 2009.
Aparentemente, el productor de Campanadas a medianoche le ofreció a Orson Welles lo más granado de la industria del cine ibérico para que eligiera su director asistente, pero el divo pedía ver material filmado por los candidatos y nada lo convencía. Finalmente le pusieron, a modo de broma, el Dr. Orloff en la moviola y, sin dudar un segundo, Orson clamó para que contrataran a quien hubiera filmado esas imágenes.
Las ideas de cine de género de Franco no iban con el franquismo, y el punto de quiebre fue cuando dieron su opus erótico Succubus (también conocido como Necronomicon) en el Festival de Berlín, logrando elogios del mismísimo Fritz Lang (“el único film erótico interesante que vi en toda mi vida”, dijo) y aplausos de compatriotas que luego, ya en su tierra, afirmaron que Jesús había estrenado una producción porno. Jess eligió salir de ese circulo hipócrita filmando Fu Manchus o Sadomanías, y docenas de películas de todo tipo y calibre (ninguna apta para todo público, que sepamos), a veces rodadas back to back por triplicado, y como aseguró el horrendo Howard “Orloff” Vernon, nunca, por más descartables que pudieran ser, carentes de un par de escenas magistrales.
La posición más común sobre Franco de la crítica convencional es decir que es el peor director del mundo, o incluso hacer de cuenta que nunca existió.
La prueba de lo genuino del cineasta europeo moderno más prolífico es su ausencia absoluta del cable y el DVD.
Queda la web: busquen Miss Muerte, She Killed in Ecstasy, Vampyros Lesbos, y brinden a la salud de Tío Jess, el hombre con cine en las venas.
6/4/13
El arte fotográfico de Liu Jianan
No poseo muchos datos de este fotógrafo. Sólo sé que es chino, que sobre sus fotos aplica toneladas de efectos digitales, que utiliza a las más bellas modelos orientales para sus producciones, y que tiene un talento innato para retratar la sensualidad y el erotismo fino. A mí me encanta su arte. La siguiente es una muestra de sus reportajes más fantasiosos. Clic para ampliar.
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