La expectativas se cumplieron. Es tan mala como cabía esperar. Sin embargo, el espíritu puesto en la película la salva de la hoguera y de la humillación pública, y hasta resulta recomendable para pasar un efímero rato de risas y mutilaciones vistosas.
Todos los tópicos del subgénero “animales acuáticos asesinos” se hacen presentes: las pirañas (prehistóricas en este caso) que atacan un lago en plena temporada alta; la sheriff que decide cerrar el lugar demasiado tarde; los jóvenes que parecen vivir dentro de un videoclip y que a la larga obtendrán su merecido; el hijo desobediente que abandona el cuidado de sus hermanitos para ir al lago tras la promesa de sexo desenfrenado; y los hermanitos también desobedientes que acabarán en medio de las aguas infectadas.
En definitiva, un cóctel donde lo que menos importa es el desempeño actoral de los protagonistas, los dramas humanos de las víctimas, y el ingenio puesto en la resolución del conflicto. Quien busque algo de esto saldrá ofuscado. En cambio, si la idea es pasar un buen rato viendo chicas semidesnudas que parecen no necesitar oxígeno bajo el agua, efectos especiales baratos (algunos hasta vergonzosos), y las mutilaciones más salvajes y ridículas de toda la historia del celuloide, en Piraña 3D encontrarán una hora y media de diversión tan extrema como pasajera.
Las chicas se divierten antes de la masacre. La de rojo es Kelly Brook, quien pronto tendrá su merecida galería...
Todo el film destila homenajes a la década del ochenta y setenta, desde el argumento cien porciento robado hasta la inclusión de sexo gratuito y efectos especiales de alto impacto. La elección de los actores incluso parece apoyar esta idea. Richard Dreyfuss (Tiburón, 1975) hace una breve aparición en el prólogo; y la novia de Marty McFly se reencuentra brevemente con el “Doc” Brown tras años sin “Volver al Futuro” (esto es, Elisabeth Shue – ¡para lo que quedó la candidata al Oscar!-, y Christopher Lloyd).
La película buscó aprovecharse descaradamente de la actual moda del 3D, pero como parece que nunca pasará por los cines de mi ciudad, no tuve otra alternativa que "disfrutarla" en televisión y en 2D. Así que no puedo juzgar si el efecto tridimensional merecía pagar de más la entrada al cine. No obstante “saltan a la vista” las secuencias preparadas para conseguir que el espectador se revuelva en su asiento, con pescaditos avanzando hacia el público, vómitos salpicando toda la sala, los pechos de Kelly Brook cubriendo el firmamento, y hasta un primerísimo primer plano de pirañas masticando una… parte del cuerpo que no revelaré aquí.
El productor Mark Canton expresó: "Estamos estremecidos con el recibimiento del público, que está entusiasmado con Piraña 3D. Y es fantástico que los críticos hayan disfrutado con la película y la estén recomendando. No podemos esperar para empezar a trabajar en la secuela."
Tras ver la escena final del film, esperamos cualquier cosa.
Trailer
¡ASÍ SÍ!: Sólo apta para gente con mucho sentido del humor (negro), alta tolerancia a los cuerpos masticados, y cero pretensiones estéticas. A mí me entretuvo.
¡ASÍ NO!: A la Shue ya se le notan los años y la panza. Muy triste.
2 comentarios:
alexandre Aja va de mal en peor. Desde que le endulzaron los oídos con Haute Tension se engancha en cualquier cosa. No la voy a ver porque nunca me gustaron las pirañas cinematográficas (recuerdo una malísima de James Cameron). pero buena la reseña.
La verdad es que le tengo muchas ganas a esta película. Tiene pinta de al menos ser divertida
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