Es el año 2012 y, para conmemorar el centenario del hundimiento del legendario barco, se realiza el viaje inaugural del Titanic II. Muy similar por fuera, pero con tecnología del siglo XXI en su interior. ¿Qué podría hundirlo esta vez? Un desprendimiento glaciar en Groenlandia que genera un tsunami, y le arroja un iceberg a toda velocidad contra el casco. El jefe de la guardia costera, acompañado por una científica, intentará salvar a su hija y al empresario responsable del emprendimiento, ambos partícipes del viaje inaugural y que están a punto de acabar en el fondo del océano.
No hay mucho para decir de este engendro impresentable. Aclaro antes que no probé verlo en compañía de la barra de amigos (aunque dudo que alguien hubiese aceptado seguirme). Tal vez de esa forma hubiese funcionado mejor, con carcajadas y epítetos de dudoso gusto. La cosa es que casi me duermo antes del final.
Argumentalmente es pobrísima. Que dure menos de 90 minutos es un alivio, pero provoca que todo se precipite y en manos de guionistas de poco talento el resultado es muy pero muy flojo. Las situaciones de peligro no generan interés, los personajes son de madera balsa, y casi no existe clima que invite a zambullirse en la historia. Hay intentos de recrear secuencias del Titanic de Cameron, pero sin presupuesto: donde en el megaéxito de los noventas había centenares de extras corriendo de un lado a otro, acá apenas apreciamos unos diez.. Lo mismo pasa con la gente flotando a la deriva en la oscuridad: en Titanic, unos centenares. Acá, cinco....
El trabajo de los actores no merece ni considerarse. En cuanto a los efectos especiales, tiene sus momentos. Patética es la manera en que se recrea la rajadura del bloque de hielo en Groenlandia: un dibujo animado sobre un escenario hecho de forma casera en After Effects, y con los actores mal filmados sobre una pantalla verde. El barco (y algunos submarinos que aparecen de la nada) apenas tienen texturas y son el peor CGI que ví en bastante tiempo. A favor debo decir que el océano embravecido y el momento del choque con el iceberg surfeando sobre la ola gigante, no están taaaan mal.
Otras cosillas que provocan confusión y que son dignas de mención: no realiza el trayecto original, sinó que parte desde New York; para mostrar el barco semihundido se utiliza una secuencia de segundos que se repite una y otra vez; la inclinación varía según el camarote o pasillo: a veces el barco está a 45 grados, al rato se endereza inexplicablemente; y sobre el final tenemos un homenaje a otra película de género, Poseidón, para hacer la debacle completa.
Pero lo mejor de todo acontece a los 49 minutos y que sirve de corolario para entender el material que tenemos entre manos: hombre corriendo desesperado sobre la cubierta, barco hundiéndose irremediablemente, y sobre los ventanales las luces de una ciudad que nunca debería haber estado ahí (la ciudad donde estaba anclado el barco que se utilizó durante el rodaje, se entiende).
¡ASÍ SÍ!: Mueren los que se lo tienen merecido, aunque no todos los que deberían.
¡ASÍ NO!: Que se lucre con cosas como éstas.
1 comentario:
¡¡¡¿¿Como Titanic 2??!!! ¡¡¡Si hubo un solo titanic!!!
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