No sé si será un momento imprescindible en la historia del cine, pero para los fanáticos de Gojira resulta más que atractivo. Cuando los norteamericanos decidieron hacer su versión de Godzilla, muchos pusieron el grito en el cielo. A mí no me pareció terrible, es más, cada tanto la vuelvo a ver. Pero nada podrá reemplazar la gracia del original, con sus maquetas de cartón y la galería de bizarros enemigos.
Para los que aún esperan un enfrentamiento entre ambas criaturas, les comunico que eso ya ocurrió en la película que hoy nos reúne. El round dura muy poco, pero es bastante intenso y curioso.
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