22/8/11

5 de: gente abandonada o perdida y en peligro

La peor pesadilla de un ser humano no viene del espacio o del infierno. Está a la vuelta de la esquina, y una simple escapada de lo cotidiano con fines de esparcimiento puede terminar en el peor sufrimiento concebido. Así lo ejemplifican los protagonistas de las siguientes historias. Personas que contra su voluntad quedan aisladas de la civilización y con riesgo de muerte permanente.


Viven (Alive, 1993)
Dramatización del accidente sufrido por los miembros de un equipo uruguayo de rugby en el año 1972. Los estudiantes viajaban en un avión que se estrelló en la Cordillera de los Andes de Mendoza, Argentina, mientras viajaban hacia Santiago de Chile. Los supervivientes debieron soportar 72 días en el frío de la montaña, incomunicados y sin alimentos. La película fue coproducida por Kathleen Kennedy y Frank Marshall, que también la dirigió. Ambos fueron durante mucho tiempo los productores elegidos por Steven Spielberg para varios de sus films más exitosos ("Raiders of the Lost Ark" (1982), "E.T., el extraterrestre", "The Color Purple" (1985), El Imperio del Sol (1987), Jurassic Park (1993), entre otras). La película evitó las escenas cruentas y el drama extremo, volcándose más por la acción y los actos heroicos. Se deja ver, aunque no provoque tantos nervios y se la haya criticado por el casting de los actores (ninguno dá el tipo latinoamericano requerido).
Para ver: con una pelota de rugby en el regazo.



En lo profundo (The Hole, 2001)
Película inglesa que combina supervivencia y suspenso. Cuatro estudiantes secundarios deciden pasar el fin de semana encerrados bajo tierra en un bunker perdido en un bosque. Nadie sabe que están allí, ni sus padres ni las autoridades del colegio, y el compañero que los incita a pasar tres días encerrados no sólo les cobra por mostrarles el lugar, sino que también cierra la tapa de salida con llave y no los vuelve a buscar. Lo que al principio es una aventura adolescente, termina convirtiéndose en una pesadilla. Encerrados en un recinto hermético y con poca comida, no tardarán en derrumbarse psicológicamente y en generarse conflictos cada vez más violentos. El film está tratado desde una perspectiva cuasi policial, ya que la historia se arma en base al interrogatorio a la que es sometida la, aparentemente, única sobreviviente. Keira Knightley, irreconocible con su poca edad y largos cabellos rubios, interpreta a una de las chicas atrapadas.
Para ver: desde el interior de la alcantarilla de la esquina.


Mar abierto (Open Water, 2003)
Durante una práctica de buceo, una pareja de vacaciones en la Bahamas es olvidada por la embarcación que los transporta, quedando a la deriva en medio del océano y a merced de las inclemencias climáticas y los tiburones, sin agua ni comida. Tal vez uno de los peores escenarios concebibles, donde inevitablemente las piernas empiezan a acalambrarse y el agua salada se cuela por nariz y boca. El director Chris Kentis y la productora Lara Lau (casados en la vida real), se enteraron del caso de dos submarinistas estadounidenses que pasaron por esta situación y escribieron una de las películas más intensas y dramáticas de la última década. Se filmó con cámaras digitales en pocos días, a una distancia de 32 kilómetros de la costa, y con un presupuesto muy bajo. No se utilizaron efectos digitales: los tiburones son reales y guiaban sus movimientos lanzando trozos de carne. El éxito fue tal que tuvo una segunda parte (la de los jóvenes que se tiran al mar desde un yate y no tienen forma de volver a subir) y muchas copias de menor calidad.
Para ver: sumergiendo los pies en una palangana con agua salada.


Congelado (Frozen, 2010)
Una chica y dos varones sobornan al encargado de la aerosilla de un centro de ski para dar una última vuelta: solos, de noche, y minutos antes de que el centro turístico cierre por cuatro días hasta el siguiente fin de semana. Cuando alcanzan la mitad del trayecto, el encargado deja a otro empleado en su lugar, que ignora que todavía hay gente, y desconecta la atracción. Los jóvenes quedan entonces aislados en la montaña, a más de treinta metros del suelo, en plena oscuridad, y con una tormenta de nieve a punto de arrasar la zona. Es una película que hará pasar un mal rato a las personas sensibles. Los primeros 25 minutos, que sirven como presentación de los personajes, resultan densos y muy poco interesantes, pero esto cambia desde el momento en que la aerosilla se detiene. Lo que sigue son momentos de incertidumbre, situaciones desesperantes y hasta sangrientas, apoyadas por los excelentes trabajos actorales de la debutante Emma Bell y de Shawn Ashmore como el rebelde del grupo. Sin dudas la gran recomendada de esta entrada. Como dije, resistan la tentación de abandonarla durante el primer tercio, que lo que sigue vale realmente la pena. Hacía rato que un film no me perturbaba tanto.
Para ver: recostados en un freezer lleno de carne a medio congelar.


127 horas (127 Hours, 2010)
Film basado en la historia real de Aron Ralston, escalador de montañas estadounidense que durante una de sus travesías cae en el interior de una grieta, quedando su brazo derecho atrapado por una roca. Sin posibilidades de liberarse, debió pasar varios días racionando los víveres a la espera de un milagro. Milagro que nunca llegó y que lo obligó a tomar una decisión extrema. Dirigida por el talentoso Danny Boyle, el film estuvo nominado a 6 Oscars y 3 Globos de Oro, no ganando en ninguna de las categorías. La protagoniza el sobrevaluado James Franco, visto anteriormente en las Spiderman de Sam Raimi, y que con su sonrisita de actor publicitario empaña un papel que, no obstante, sabe sobrellevar en los momentos de tensión. Boyle le dá a la historia un ritmo ágil y tono de videoclip, decisión que puede molestar a los más puristas, pero que ayuda a reforzar de manera acertada los momentos en que el protagonista cae bajo los efectos del delirio. Ralston dijo no sentirse de acuerdo con la escena en que Franco se encuentra con las dos excursionistas (en la realidad, apenas les enseñó algunas técnicas de escalamiento), pero que el resto de la película es tan exacta que casi se asemeja a un documental. Acompañada de una muy buena banda sonora, no defraudará a quienes deseen sufrir un rato de manera legítima. Importante no ser de los que se impresionan con la sangre.
Para ver: con una navaja multiuso clavada en el brazo.


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