Eric Geusz es licenciado en Ciencias de la Computación con especialización en cine y medios digitales y capacitación formal en 3D, Animación y Composición.
Vive en San Francisco, California, y parte de su talento consiste en convertir objetos cotidianos como abrelatas o envases de shampoo en espectaculares naves espaciales.
"Aunque soy ingeniero de software de día, de noche soy un artista digital independiente, siempre estoy trabajando y me esfuerzo por mejorar. Me considero un generalista, aunque recientemente me he movido más hacia la ilustración y al arte conceptual."
"Talk" es una canción de la banda inglesa Coldplay. Construida sobre un motivo extraído de la canción de 1981 de Kraftwerk «Computer Love», figura en su tercer álbum de estudio "X&Y". El tema fue lanzado en Gran Bretaña y Estados Unidos el 19 de diciembre de 2005 como el tercer sencillo del álbum X&Y.
El video promocional de "Talk" fue dirigido por Anton Corbijn, responsable también del video "All These Things That I've Done" de la banda estadounidense The Killers.
Rodado el 5 y 6 de noviembre de 2005 en los Ealing Studios, en Londres, el video es un hermoso homenaje a las películas de ciencia ficción de clase B. Fotografiado en blanco y negro, tenemos platos voladores, astronautas y robot gigantes de aspecto retro. ¡Disfruten!
Una película que no necesita presentación. A continuación, algunas de las tarjetas promocionales que solían alegrar los frentes y antesalas de los cines de barrio, antes de que las grandes cadenas las extinguieran.
Y un día volvió, y fue un éxito. No, no hablo de este blog,
sino de una de las sagas fundacionales del slasher: mejor estreno de una
película protagonizada por una mujer mayor de 55 años, mejor estreno de una
película de terror protagonizada por una mujer, segundo mejor estreno de una
película de terror (IT está en primer lugar), y segundo mejor estreno de una
película en el mes de octubre. La gente, cansada de los fantasmas, vuelve a las
fuentes, atraída por las historias simples y de tinte nostálgico. La versión
2018 de Halloween abunda en todo eso, para bien y para mal.
En esta nueva entrega (que bien podría haberse titulado H40),
solo se tiene en cuenta la primera película, la de Carpenter, y que deben ver
antes de esta. Es por ello que Laurie Strode se levanta de la tumba y regresa
luego de una vida signada por el más profundo de los traumas, y que le valió el
alejamiento de su propia hija.
Dos periodistas, obsesionados con Michael Myers, lo visitan en la institución psiquiátrica donde permanece recluido desde
hace cuarenta años. Buscan hacerlo hablar, pero por supuesto él no reacciona.
Entonces recurren a Laurie, ¿su hermana?, la única que tal vez pueda sacarlo de ese estado. Ella, que vive en un bunker ultra fortificado, se niega de lleno.
Hasta que un día deciden trasladar a Michael a otra institución (sí, sí, ¡¡¡en
vísperas de Halloween!!!), y vuelve a escapar. Él regresa a Haddonfield, y esta
vez Laurie decide enfrentarlo armada hasta los dientes.
La primera mitad de la película es un viaje a los ochentas,
un compendio de secuencias clichés vistas una y mil veces en este tipo de
películas. Recién a partir de la mitad la historia toma un rumbo más
interesante, con un nuevo psiquiatra medio loco y tres mujeres enfrentando
solas al malvado (corrección acorde a los tiempos que corren).
La película no asusta, basa los sobresaltos en continuos
golpes de sonido que pronto dejan de surtir efecto. Sin embargo los asesinatos
son más brutales y explícitos que los de hace cuarenta años, y casi todos
tienen una motivación clara, algo novedoso en este tipo de historias.
Los puntos a favor de la película tienen que ver con
detalles que el fanático de la saga recibirá casi con lagrimitas en los ojos.
En primer lugar, el humor. En varias oportunidades la película se toma el pelo
a sí misma, y eso ayuda a sobrellevar una fórmula algo gastada. También
volvemos a disfrutar de la maravillosa banda sonora de John Carpenter, sublime,
reformulada con acierto para esta nueva edición. Y lo mejor: los guiños a
anteriores entregas, sobre todo a la primera. El espectador atento descubrirá
escenas hábilmente recreadas y que le arrancarán más de una sonrisa cómplice.
En definitiva, la película cumple sin aburrir y será
disfrutada sobre todo por los nostálgicos. Y como soy nostálgico y fanático de
la franquicia (y supera con creces a esa decepción que fue H20), le subo un puntito.
¡ASÍ SÍ!: Las referencias a entregas anteriores, un acierto. Con
toques de humor muy bien incluídos. Y porque amamos a Jamie Lee.
¡ASÍ NO!: no aporta demasiado a la saga, imposible olvidar las secuelas y nuevas versiones. Solo para fanáticos, los demás no la apreciarán.
Producidos por la empresa Topps en el año 1979, la serie original estaba compuesta por 68 diferentes monstruitos. Los adhesivos eran fabricados en Japón.
Los invito a darse una vuelta por Sci-Fi & Fantasy Art, el blog que administro con mi amigo Jorge Lacuadra. Dicho blog es una extensión de lo que hago aquí bajo la etiqueta "Pintura e Ilustración". Allí encontrarán una muestra del talento de decenas de ilustradores de todo el mundo, siempre dentro de los márgenes del terror, la ciencia ficción y la fantasía.
Para terminar esta velada plagada de criaturas aterradoras surcando los cielos, los invito a ver una película clásica. Una película de la que hoy se habla mucho de manera indirecta. Netflix estrenó hace unas semanas una de las mejores series del género de la que tenga memoria: La maldición de Hill House (The Haunting of Hill House,2018). La historia está inspirada muy libremente en el libro The Haunting of Hill House (conocida en español como La casa encantada y La maldición de Hill House) de la escritora estadounidense Shirley Jackson, y publicado en 1959.
La novela fue llevada al cine en dos oportunidades bajo el nombre de The Haunting: en 1963 de la mano del maestro Robert Wise, y en 1999 bajo la (espantosa) dirección de Jan de Bont.
Por supuesto, la versión que les ofrezco a continuación es la que vale la pena: una obra maestra del clima y el terror psicológico. No esperen sustos que los hagan saltar de la silla o cama, ni aterradores fantasmas de cabellos largos y mandíbulas desencajadas. Solo esperen un ejemplo de cómo asustar con el mejor de los recursos: aquello que sabemos que está ahí y no podemos ver.
Las luces pronto devolverán a los espíritus a sus guaridas. Un año más que sobrevivimos. Un año más que podremos respirar tranquilos. ¡Hasta el próximo Halloween!
Cuarta entrada de la noche. ¿Es muy tarde? ¿Se les están cerrando los ojos? Nada mejor que unos buenos sustos para desvelarse y no pegar un ojo. En dos horas (4 AM hora de Argentina) volvemos con un último escalofrío antes del alba.
Medianoche en Argentina: buen momento para cambiar el clima del blog y ponernos oscuros. A continuación les dejo una galería de fotos que no enmarcaría para colgar en mi casa.