Una de invasión extraterrestre muyyyy inspirada en la saga
Transformers. Acá los hombres envían una señal a un planeta similar a la
Tierra. La respuesta es una avanzada de 5 naves con intenciones poco amigables,
a las que se les rompe el vehículo transmisor. En su lugar usarán unos
radiotelescopios ubicados en Hawai, donde coincidentemente se realiza un
amistoso encuentro entre las fuerzas navales de diferentes países. Los ET activarán
un escudo de fuerza en la zona de las islas, tras ser atacados por los humanos,
que quede claro que nosotros empezamos el conflicto, dejando en su interior una ínfima parte de la
flota que se las deberá arreglar para evitar la comunicación. Como es habitual,
la misión terminará en manos del perdedor de turno.
La película se salva gracias a los impresionantes efectos
digitales (de las naves, no tanto en la recreación de los alienígenas), y a un
cierto toque autoparódico en la primera media hora. Lamentablemente el director
Meter Berg no conoce el significado de la palabra “suspenso” y todo el film se
transforma en una sucesión de escenas de acción. Sobra decir que ningún
personaje es desarrollado como corresponde. Así, literalmente a los golpes,
desfilan el protagonista Taylor Kitsch (el mismo de John Carter), Liam Neeson (con
apenas 10 minutos en pantalla para justificar su nombre en los créditos), la
cantante Rihanna (con un parlamento que no supera las 10 palabras), y Tadanobu Asano (como el capitán japonés que en pleno
Pearl Harbor le salvará al vida a los “americanos” y al planeta entero), entre
otros. Otros que incluyen a Brooklyn Decker. la novia del héroe (rubia e
inteligente), John Tui (un amargo oficial con piernas robóticas), Hamish
Linklater (el científico chistoso) , y un grupo de viejitos veteranos de guerra
que sacarán de la manga el arma secreta que salvará a la humanidad.
A pesar de todo esto le pongo el siguiente puntaje porque, a
diferencia de abominaciones como Skyline (2010) y Battle Los Angeles (2011), el
film me resultó muy entretenido.
Secuela de Furia de Titanes, la remake del clásico
de Ray Harrihausen. Diez años después de esos eventos, Perseo vive una vida
tranquila con su hijo Helio. Pero la falta de fe de la humanidad en los dioses
provoca que éstos se debiliten y pierdan el control sobre los titanes, cuyo
líder, Crono, el mismísimo padre de Zeus, Hades y Poseidón, amenace con
liberarse y destruir a la humanidad toda. Hades y Ares se unen a Crono y
capturan a Zeus, lo que obliga a Perseo a ir en su ayuda. Pero no lo hará solo:
en esta ocasión formará equipo con Andrómeda, Agénor (el hijo de Poseidón) y
Hefesto.
A diferencia de la primera, la película no
termina de convencer. Son deslumbrantes los efectos especiales y fantásticas las
nuevas criaturas mitológicas que se interponen ante el héroe, pero la historia
apenas resulta interesante. Los personajes secundarios están bastante
desdibujados, a excepción tal vez del “gracioso” Agénor. Sam
Worthington, como Perseo, tiene la gracia de un cíclope tuerto. Y si bien la
primera mitad resulta prometedora, lo que sigue está pobremente desarrollado y
de manera acelerada, como es el caso del descenso al inframundo. Y habiendo
padecido el mediocre 3D de la primera parte, esta vez decidí no arriesgarme y la presencié directamente en 2D, por
lo que no puedo evaluar el efecto estereoscópico.
1 comentario:
Mr. Klaatu, la primera pelicula aun no la he visto, y es que cuando vi el trailer preferi pasar; el segundo film, sin esperar nada de él, me entretuvo, y es que al lado de Inmortals es mucho mejor film, un saludo.
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