La promocionan como una película de Alien. Pero desde ya les
advierto: no lo es. Sí, en cambio, hay que decir que transcurre en el universo de la película
original de 1979, olvidando deliberadamente las Alien vs Predator. Ambientada
en el año 2089, aproximadamente unos 50 años antes de la original, el film
utiliza muchos elementos vistos en el reconocido clásico. Uno esperaba con
ansias el regreso de Ridley Scott a la ciencia ficción, el género que ayudó a
revolucionar con dos joyas imprescindibles. Lamentablemente los años no pasan sin
consecuencias, y el ex camarógrafo devenido en director comete un grave error
dejando el guión a cargo de dos personas que no estuvieron a la altura del
proyecto.
Prometeo cuenta cómo dos arqueólogos, Elizabeth Shaw (Noomí Rapace) y su novio Charlie Holloway (Logan Marshal-Green), descubren evidencias de un mapa estelar en los restos de antiguas civilizaciones. Sostienen que una avanzada raza extraterrestre, los “ingenieros”, crearon la especie humana, y que el mapa indica dónde encontrarlos. La empresa Weyland (vieja conocida de los seguidores de la saga) financiará una misión hasta el planeta LV-223, comandada por la antipática Meredith Vickers (Charlize Theron) e integrada por un ecléctico grupo de técnicos y científicos que incluye un androide de nombre David (Michael Fassbender). Allí descubrirán rastros de la existencia de estos “ingenieros”, y la evidencia de un plan que pone a toda la humanidad en peligro.
Si algo queda en claro es que Ridley Scott conserva intacta
la habilidad de ofrecer bellas imágenes de mundos desolados y naves espaciales
opresivas. Los efectos especiales son perfectos, y el diseño de producción estuvo
puesto en manos de expertos que sabían lo que hacían. Entre los detalles a
destacar están las sutiles similitudes estéticas de los interiores de la nave Prometeo
y la Nostromo, ayudando a mantener cierta continuidad entre las dos historias. Otro
punto fuerte es el respeto que se tuvo por los diseños del gran H. R. Giger,
aunque ello significara un serio problema de continuidad que mencionaré en otra
parte.
Y aquí acaban (casi) los mejores aspectos de la película. Decía
que los guionistas Jon Spaihts y Damon Lindelof no estuvieron a la altura de lo
esperado para una precuela de Alien. Y esto no tiene nada que ver con que no
aparezcan aliens. Personalmente considero muy interesante la rama de la ciencia
ficción que introduce elementos religiosos, una veta muy poco explotada y de
amplias posibilidades. El nudo del problema tal vez pueda encontrarse en las propias
palabras de Scott, que dijo: “Mientras que Alien fue ciertamente el punto de partida
para este proyecto, durante el proceso creativo evolucionó en una nueva y
grandiosa mitología y universo en el cual esta historia original tiene lugar.
El fan incisivo reconocerá la cadena de ADN de Alien, por así decirlo, pero las
ideas abordadas en esta película son únicas, grandes y provocativas.” Elegante forma de explicar que tenía pensado
hacer una cosa, y terminó perdiendo el rumbo en el proceso. Y si recordamos que
Lindelof es el mismo guionista de la serie de tv LOST, entendemos el porqué la
película se transforma en un conjunto de situaciones confusas y de preguntas
sin respuestas.
En el desarrollo de los personajes recae el primer gran
problema de Prometeo. Muy bien Noomi Rapace como la heroína dura y a la vez sensible
que tendrá que enfrentarse a los monstruos de turno, al igual que Michael
Fassbender como el frío y ambiguo androide. Los demás personajes en cambio parecen
guiados por los caprichos de un guionista mediocre. Charlize Theron, al
principio del film, promete ser determinante en las complicaciones que deberá
enfrentar la protagonista. Pero hacia la mitad del film desaparece, y reingresa
a la trama sobre el final para obtener el escarmiento obligado por la moral típica
de Hollywood. La misma Charlize tuvo que hablar con Lindelof para que
modificaran un poco su participación, porque en el borrador original tenía aún
menos incidencia. No faltan los malos estereotipados (propios de un dibujito
animado infantil) que morirán sin que sintamos pena por ellos. Otro personaje desaprovechado
es el del novio de Rapace, que prometía ser el contrapunto de sus profundas convicciones
religiosas, y termina pasando casi desapercibido. El resto, como el capitán y
los pilotos, apenas tienen relevancia y su participación se limita a unos pocos
minutos.
Si la falta de empatía con los personajes no fuera
suficiente, el guión empeora con una sucesión de eventos que acumulan preguntas
sin respuestas, y las pocas que se brindan resultan muy poco convincentes. Por
ejemplo, no quedan claras las intenciones de los “ingenieros” ni la composición
del arsenal de “armas biológicas” que la misión encuentra en el planeta. El
objetivo oculto tras la costosa misión de Weyland tampoco resulta convincente, y
el final, con monstruitos protagonizando una escena de catch, podría haberse
evitado.
La continuidad con la Alien original no está gravemente comprometida,
sobre todo si tenemos en cuenta que el planeta al que arriban (LV-223), no es
el mismo de la primera (LV-426). Con un tono más cercano a ésta que a la
secuela de James Cameron, aquí la acción no abunda. El trasfondo religioso prometía
derivar en una interesantísma metáfora sobre la condición humana y el papel de las
creencias en un mundo gobernado por la tecnología, pero todo queda reducido a
una pretenciosa y fallida trama salpicada por secuencias de acción que
comprometen la credibilidad general.
En la sección Comentarios me explayaré sobre las
incongruencias que no puedo mencionar acá, por respeto a quienes todavía no la
vieron.
Ni siquiera el 3D ayuda a mitigar la mala sensación que deja
la película. Un efecto estereoscópico que empieza muy bien, pero que se va
diluyendo a medida que pasan los minutos.
¡ASÍ SÍ!: Impecables los rubros técnicos y la fotografía. Se explica la naturaleza de los Space Jockey (el enorme extraterrestre que encuentran en la película original).
¡ASÍ NO!: El guión mediocre, con personajes apenas definidos, una idea
central pobremente desarrollada, y muchas preguntas sin respuestas que dan la
sensación de improvisación.
2 comentarios:
Estos son algunos de los puntos que me molestan y que esperan respuestas:
-En las dos primeras, los relieves semiorgánicos de los pasillos (diseño de Giger), dan la apariencia de que fueron construídos por los xenomorfos. No deberían ser utilizadas en Prometeo ya que no hay aliens sueltos.
-No queda claro el tipo de arsenal desarrollado por los “ingenieros”: están esas “cobras” alienígenas que parecen prototipos de facehugger, el “calamar” que crece en la panza de la protagonista, el líquido que se mueve (¡al fin conocemos el origen del cáncer negro de los X-Files!). La aparición de los zombies extraterrestres termina de condimentar una ensalada de criaturas puestas para conformar a los que esperaban una película de monstruos.
- Los ingenieros quieren destruir su propia creación con este arsenal indefinido. Pobre analogía con el diluvio universal. Igual nunca conocemos lo que pasa por la cabeza de los space jockeys.
-Y ya que hablamos de ellos, los Space Jockeys no guardan la misma proporción que en la Alien original.
-La escena donde Theron le dice “¡padre!” al viejo Weyland es tan obvia como propia de una telenovela mediocre.
-La motivación del viejo Weyland. Parece ilógico invertir semejante fortuna para viajar a ciegas a un planeta sin garantías de nada. Lo ideal sería congelarse como Walt Disney hasta encontrar la cura a su enfermedad.
-¿¿¿¿Para qué $@@#¡#()¡¡ contagia David a Charlie????
-¿Los aliens son los hijos no reconocidos de un gigante albino y un “calamar” hipertrofiado? ¿De dónde sacó el color moreno? ¿No debería haber nacido una reina o algo parecido? ¿Cómo llega al planeta de la Alien original si queda varado en LV-223? Demasiados cuestionamientos que perjudican la continuidad.
-Y esta última acotación la saqué de un artículo de internet: cuando la nave extraterrestre se va ¿de que se alimentará Elizabeth?
Si el director espera solucionar este embrollo en la versión extendida para DVD o en una secuela con altas probabilidades de no hacerse nunca, le diría que no nos falte el respeto. Así se aleja a la gente de los cines.
Los invito a que compartan sus propias preguntas y a que hagamos catarsis juntos.
Mr.Klaatu, aun no he visto el film y la verdad que luego de tanta sopa fria, mas lo que lei de un amigo sobre el film, ya saque mis conclusiones, pero aun me falta ver el film, del cual ya no tengo interes en verlo en el cine, y es que, otros son los tiempos, Scott se quedo atorado y seguro que mas de una vez habra pensado que para qué acepto, pero como es todo un profesional le busco la vuelta, y aunque es el mismo director del primer Alien, esta nueva obra de Scott no le llega a los talones a aquella obra de Scott. Seguro la disfrutare, pero Alien sigue estando alli arriba junto a los clasicos. Un saludo y muy buena reseña.
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