Siempre que se estrena una película de Nicolas Cage elijo el
mejor sillón y me dispongo a disfrutar. No importa si la película es mala o
buena. Nicolas es como un actor de culto (tal vez el único vivo en actividad) que goza de
total impunidad, mal que le pese a sus detractores. Y si la película promete salirse
de los carriles convencionales, pues la mesa está servida.
El director Panos Cosmatos apenas tiene una sola película previa,
aunque puede presumir de ser el “hijo de” George Pan Cosmatos, responsable de
obras como “Escape de Atenas” (1979), “Rambo II” (1985), “Cobra” (1986), y “Tombstone”
(1993). Su estilo apenas tiene que ver con el de su padre, aunque puede
atisbarse cierta influencia en las escenas de acción.
En Mandy seguimos a la pareja formada por el personaje del
título (Andrea Riseborough) y Red, su pareja interpretada por Nicolas Cage (en
un gran trabajo que me recuerda al de “El
beso del vampiro”, gran cinta de 1988). Viven una existencia apacible en medio
del bosque, hablando de planetas, cómics y libros fantásticos, hasta que cierta
noche irrumpe una secta religiosa pasada de drogas que secuestra a la mujer. Con
el apoyo de unos motociclistas de aspecto inhumano, la torturan frente a su
maniatado esposo, sin que pueda hacer nada.
El film es una oda al exceso, a lo viceral, a lo
psicodélico. Lo mejor de Panos está en el tratamiento visual, que de forma
acertada nos sumerge en un mundo de colores rojos, saturados, que desdibujan la
realidad, acercándonos a la visión de esos enfermos empachados de drogas.
Cuando Cage emprende su venganza, luego de una hora de historia,
se multiplican las referencias a películas del género. El fanático podrá
reconocer guiños a “La masacre de Texas”, “La última casa a la izquierda”, los
cenobitas de “Hellraiser”, el arte de tapa de ciertos discos de rock, la
animación de películas para adultos como “Heavy Metal”, y el gore explícito de
los ochentas, en claro homenaje al gran Tom Savini.
Una mezcla que, aunque no lo parezca, funciona perfectamente
en esta clase de films. El problema está en la historia propiamente dicha. No
tiene que ver con la morosidad, pero sí con una primera hora de película que
podría haberse resumido en treinta minutos más precisos y que no contrastaran
tanto con el tono de la segunda mitad, donde los diálogos se transforman en pura
acción.
Una acción que además está tratada con cierto apuro, donde
los enfrentamientos son breves y los villanos torpes: en su mayoría caen sin
demasiada dificultad ante la ira de Cage (no me podía quitar de la cabeza el Rambo que dirigió su
padre varias décadas atrás).
Problemas de un director al que le faltan más horas de
metraje, pero que si continúa adquiriendo experiencia, seguro nos brindará la
película Z definitiva en un futuro no tan lejano.
¡ASÍ NO!: Pero poco equilibrada desde lo narrativo. Por momentos
pienso que no deja de ser una simple película de muerte y venganza como miles
ya hechas, con toques pretenciosos.
1 comentario:
Don Neurona Muerta, tendré que ver para sacar mis conclusiones.
Me gusta el tipo de clasificación con nivel sináptico y las Legrand de Tinayre
Abrazo!
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