Thomas Mathews (Isaiah Washington) es un periodista estadounidense que arrastra el trauma del secuestro de su pequeño hijo. El director de la revista para la que trabaja lo envía a Brasil a investigar casos de abducciones extraterrestres, pensando que con ello le ayudará a superar el mal momento. Lo que no sabe es que hallará coincidencias perturbadoras entre los testimonios de los contactados y la desaparición de su hijo.
Área Q es una coproducción entre Usa y Brasil dirigida por Gerson Sanginitto, y que a pesar de las buenas intenciones naufraga en una historia densa, que avanza de manera irregular y que concluye con una moraleja demasiado naif para los tiempos que corren.
Con apenas algunos efectos especiales sencillos, el film ofrece algún que otro homenaje directo a la gran película de OVNIs de Steven Spielberg (Encuentros Cercanos del tercer Tipo, 1977) mientras desarrolla una idea de paz y amor que suena a propaganda trillada, casi sectaria.
Una pena porque la primera mitad atrae la atención mientras se desarrolla el drama de ese hombre angustiado, al tiempo que conocemos los tres casos de contactados por supuestos extraterrestres, todo en el marco de un paisaje increíble ubicado al noroeste de Brasil. Un área donde predominan las localidades cuyo nombre empiezan con la letra “q” (de allí el título de la película).
Pero la trama pronto se vuelve repetitiva, el conflicto se debilita y aparecen personajes (como el de la periodista) que no terminan de desarrollarse correctamente. Ni la avanzada tecnología alienígena alcanza para reparar tantos agujeros.
¡ASÍ SÍ!: Buena actuación de Isaiah
Washington (visto en series como Grey’s Anatomy y Law & Order: Los Angeles).
Un arranque pleno de suspenso que prometía más.
¡ASÍ NO!: La historia se
estira, el mensaje de los extraterrestres atrasa varias décadas, y uno termina
odiando la musiquita de fondo que se repite y repite y repite.
Un
típico grupo de jóvenes estadounidenses decide pasar unos días en una cabaña aislada
del mundo, sin saber que son monitoreados desde un complejo subterráneo ultratecnificado
por empleados que hacen apuestas sobre su futuro. Poco tiempo pasará hasta que
los incautos veinteañeros desaten la ira de voraces zombies.
No temo decir que The Cabin… representa la Scream de la
nueva década. En un momento en el que el cine de terror se repite hasta el
aburrimiento y las ideas son todas recicladas (problema general de Hollywood en
realidad), la película se mete con el género desde el humor y presenta una
historia que homenajea a clásicos de todos los tiempos y países,
aunque con referencias algo veladas para no tener problemas con los derechos. En
primera instancia nos viene a la cabeza la saga Evil Dead de Sam Raimi, las de
Romero y hasta La Masacre de Texas. Pero ahí no acaba todo.
Lo que comienza como una típica película de terror da un
giro sorprendente cuando se revela el misterio de la cabaña en el bosque, algo que ocurre demasiado avanzada la historia a mi gusto. Drew Goddard
debuta en la dirección acompañado por su amigo Joss Whedon, ambos
guionistas de cómics y series de tv como Buffy la cazavampiros, Angel y Lost. Vale
recordar que Goddard escribió el guión de Cloverfield (2008), y Whedon es el
responsable tras las cámaras de la exitosa Los Vengadores (2012).
Una película hecha por fanáticos para fanáticos, que saben
de qué se trata. Y no puedo extenderme más porque revelaría detalles que les
corresponde a ustedes descubrir y disfrutar.
¡ASÍ SÍ!: Aunque no sea un canto a la originalidad, es fresca y sorprende. Esperemos que no genere una saga como
Scream (resulta tentador ver la idea más desarrollada, pero los riesgos son
grandes).¡ASÍ NO!: Si algo le falta a la película es terror. Los
zombies hoy no asustan a nadie.
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