Telefilm de los años setenta muy valorable si tenemos en cuenta
el presupuesto que solía destinarse a estas producciones y los condicionantes
del medio al que va dirigido. Una joven pareja hereda una lúgubre casona. Una
chimenea tapiada en el subsuelo de la propiedad despierta la curiosidad de la
protagonista, que termina restaurándola a pesar de las advertencias del
cuidador del lugar. Como consecuencia son liberadas tres diminutas criaturas de
aspecto humanoide, cuyas intenciones no se clarifican hasta bastante avanzada
la historia. Si algo hay que criticarle a la película es la estructura del
guión, de desarrollo lento y algo errático. Pero el clima que logra instaurar es
de lo mejor de esa década. Cualquiera que haya visto esta película de niño
seguramente habrá sufrido severas pesadillas. Las tomas nocturnas del exterior
de la casa, y los rostros sombríos de las criaturas asomando entre el
mobiliario aún provocan escalofríos. La banda sonora de Marco Beltrami es gran
responsable de que ello ocurra.
¡ASÍ SÍ!: Miedo de bajo presupuesto altamente efectivo.
¡ASÍ NO!: El caprichoso accionar de los monstruitos.
¡ASÍ NO!: El caprichoso accionar de los monstruitos.
Sally es una niña con severos conflictos emocionales por
culpa de la separación de sus padres. El destino la llevará a vivir junto a su
padre y a su madrastra en un lúgubre caserón del siglo XIX en pleno proceso de
restauración. Muy pronto descubrirá que bajo la escalera principal se esconde
la entrada a un sótano que alberga una chimenea cerrada herméticamente y que oculta
un ancestral secreto: diminutas criaturas que, aunque al principio logran
atraer la atención de la niña, pronto se volverán extremadamente peligrosas.
Estamos ante la remake producida por Guillermo del Toro del
telefilme de 1973, con cambio de protagonista, nuevo diseño de criaturas (hadas
o duendes maléficos que se alimentan de dientes y secuestran niños), y una
trama adaptada a los tiempos que corren. Aún así el film destila cierto aire
retro que resulta interesante, ya sea por la forma de dirigir del debutante
Troy Nixey (ilustrador de cómics), tal vez por el imponente marco gótico de la
casona. Lamentablemente la falta de estilo de los bichejos (una mezcla de
ratas, gárgolas y gremlins) les resta atractivo. Por momentos la historia se
vuelve muy lenta, convencional (la niña deberá luchar contra los duendes y el
escepticismo de los adultos), y cuando los diabólicos personajes atacan son
expuestos demasiado, restándole suspenso y haciendo que el verdadero miedo se
diluya. Entre los puntos a destacar está el soberbio diseño de producción, la
introducción del elemento feérico, y la excelente actuación de la pequeña Bailee Madison.
¡ASÍ SÍ!: como película de “monstruos” (mi debilidad), cumple. Para mirar con ojos de niño.
¡ASÍ NO!: escasez de miedos.
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