La premisa argumental combina las dos obras literarias que protagoniza la muchachita del título: “Alicia en el país de las maravillas”, publicada por primera vez en 1865, y “A través del espejo y lo que Alicia encontró allí”, de 1871. Del primer libro toman los personajes más representativos: el sombrerero loco, el conejo blanco, el gato de Cheshire, la oruga azul, y el ejército de naipes. Del segundo se utilizan a las dos reinas (Blanca y Roja, fusionando a esta última con el personaje de la Reina de Corazones del primer libro), los gemelos Tweedledum y Tweedledee, y un ejército de piezas que remiten al juego de ajedrez.
Alicia ya tiene 17 años y está a punto de recibir una propuesta matrimonial impuesta por su entorno familiar. Tras huir de la ceremonia termina cayendo por el agujero que la lleva a Wonderland, sitio en el que estuvo cuando niña pero del que apenas recuerda detalles. Para ella esos sucesos remiten a un casi olvidado sueño de la infancia. Pero el regreso no es casual: sus antiguos amigos están reclutándola para que acabe con el dominio de la Reina Roja, que ha convertido el otrora esplendoroso mundo en un paraje triste y ceniciento. El regreso de la paz será posible de cumplirse una profecía que parece involucrar a la propia Alicia, y que dice que un caballero de larga cabellera restablecerá el orden tras aniquilar a una bestia gigante llamada Jabberwocky (nombre exraído del libro de poesía invertida que encuentra en A través del espejo...)
Contrariamente a lo comentado por allí, debo aclarar que es cierto que la película tiene una impronta Disney muy fuerte, pero no precisamente por ser un producto orientado al público infantil. En este sentido Burton supo representar muy bien la oscura desesperanza impuesta por la reina Roja, creando un mundo que ningún niño recordará con entusiasmo. Los colores son opacos, sombríos, y la vida parece subsistir a duras penas. Donde se nota el sello del estudio del ratón es en la linealidad simplona de la historia, y en la inclusión de personajes y situaciones que intentan agregar simpatía a la fuerza, y parecerse a reconocidos éxitos de taquilla (Narnia, El señor de los Anillos). Así tenemos perritos que hablan, una familia de cachorritos que provocan suspiros, y criaturas fantásticas parecidas a dragones.
Uno de los principales defectos del guión reside en dar por sentado que el público ya conoce los libros originales. Así, detalles como las intenciones de los personajes, el porqué de sus conductas y su pasado apenas se exponen, dejando agujeros desconcertantes en la trama y la sensación de que muchas cosas suceden por capricho. El tedio va creciendo, además, de la mano de una aventura que transcurre a los saltos y sin conflictos que mantengan el interés a largo plazo. Secuencias muy largas (como la estadía en el castillo de la Reina Roja) contrastan con otras muy cortas y desaprovechadas (el escape al castillo de la Reina Blanca). Y en el medio, eventos simples que no generan ni sorpresa ni emoción, por lo repetidos y previsibles. El toque de ironía y audaz locura que esperábamos de Tim Burton, simplemente no está (salvo algún que otro breve chispazo que sabe a poco).
Las actuaciones, aunque no sorprendan, por lo menos no defraudan,. Mia Wasikowsca, a pesar de ser algo insípida, compone una Alicia creíble, ya crecida y apática como corresponde a su personaje. Johnny Depp, después de la espectacular composición de Jack Sparrow, puede interpretar a cualquier desequilibrado que, sabemos, lo va a hacer bien. Anne Hathaway fue criticada por su edulcorada reina Blanca, pero hay que tomarlo como lo que es: una parodia. Se comprueba con su repentino cambio de actitud sobre el final del film. Y Helena Bonham Carter, todos coinciden, entrega la mejor actuación de la película haciendo de una Reina Roja soberbia e irritante. ¿Alguien dijo Crispin Glover? Pues hace de Crispin Glover. Y eso, inexplicablemente, nos gusta (¡ese sí que está loco de verdad!).
El fuerte del film, como era de esperar, recae en los rubros técnico y artístico. El diseño de arte es magnífico, y allí sí se observa la mano del Burton que queremos: bosques siniestros, plantas grotescas, rostros que flotan en el agua y personajes que no encajarían como muñecos de peluche (la cara de degenerado del gato de Cheshire no se puede creer). Los efectos digitales, como la interacción de la Alicia gigante o reducida con su entorno, o el rostro ampliado digitalmente de la Reina Roja, son sencillamente increíbles. Y el 3D, como sucedía en Avatar, aporta la cuota de asombro y magia que promete. Por lo menos durante la primera mitad de la proyección. Porque a medida que uno se acostumbra al 3D, y la historia se va tornando más y más aburrida, no hay novedad tecnológica que evite algún que otro bostezo.
El detrás de escena
Hacia el final la cosa se pone algo interesante, pero hasta ahí nomás. Aparecen trazos de humor tardío, y un poco de acción (breve, apenas correcta) que recurre a una explícita simbología cristiana. No habrá leones que resuciten como Cristo, pero sí una Alicia, mezcla de Juana de Arco y San Jorge, que se enfrenta al “dragón” en nombre del bien.
Trailer
La experiencia en su conjunto le servirá a Alicia para madurar y enfrentar los problemas irresueltos del mundo real, y para que la platea se levante con una mueca de descontento que molesta.
¡ASÍ SÍ!: El tono oscuro general de la obra. El breve flashback que recrea el primer viaje de Alicia: ¡cómo no filmaron el original!
¡ASÍ NO!: El bailecito final del Sombrerero. Vergonzoso.
1 comentario:
No tengo buenos comentarios de la peli... Bastante sosa según escuché y nada entretenida. Podrá ser que Disney y Tim Burton empiecen a desarrollar proyectos aburridos?? A lo mejor es la mezcla, como lo que pasa con el vino tinto y la sandía!! Me extraña araña...
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